No sé que preferís vosotros... pero dado que en esta sociedad no se puede andar descalzo (ya no sólo por el que dirán, que eso es relativamente importante... ni siquiera solo por la suciedad... mas bien por los peligros que pueden entrañar pisotones (somos demasiados por metro cuadrado, me parece...) y cristales de botellas, lunas y espejos retrovisores....) nos calzamos con aquello que más nos gusta... Zapatos, zapatillas, o botas. Personalmente prefiero las zapatillas. Será por una reminiscencia de aquellos tiempos en que era deportista... será porque tengo fobia a los tacones... o porque tengo pies de "bailarina" que me dijo el podólogo (un poco machacados...) pero me apasionan las zapatillas. Y cuanto mas raras mejor. Y cuantos mas colores, texturas y más díficiles de conseguir todavía mejor. Me lo paso pipa buscando esas "joyitas". Zgz no es el mejor lugar... pero Barcelona, Bilbao... Madrid, y alguna que otra tienda recién descubierta en Santiago de Chile son auténticos templos del tesoro. Hay a quien los períodos de tristeza se les pasan yendo de compras...Yo funciono más bien al revés... como me encanta hacerme auto-regalos, en cuanto algo sale estupendo, me regalo unos zapatos. O unas botas. O unas zapatillas.
Viene esto en función de algo que quiero agradecerle a Rojo. No sé quien es Rojo, pero me entran ganas de conocerla, lo reconozco, o al menos de saber en qué se mueve... aunque por lo que parece, es una experta viajera entre el realismo y el surrealismo. Supongo que por eso terminó cayendo por aquí. Da igual. Ella decía el otro día que le parecía apasionante caminar con mis zapatos. Maururu, Rojo, Maururu. Yo le conteste que intento, todo lo que puedo ir descalza. Allí, en Rapa Nui, era más fácil que aquí. Undo lo sabe. Yo le decía que era la mejor manera de entrar en contacto con el lugar, y así era... Era fascinante clavar mis pies en la tierra. Fascinante.
Pero había otra razón que os puede resultar muy práctica para los que terminéis yendo para allá. Les encantan los zapatos. Yo había leído que los Rapa Nui son una cultura que siempre se caracterizó por su amor a los sombreros. Cada vez que un barco europeo llegaba a la Isla (el primero, holandés, llegó en 1722 ) los Rapa Nui se lanzaban a por los sombreros. Literalmente. Y todavía lo hacen. Con la diferencia de que ahora, además, se lanzan a los zapatos.
Yo dejé unas preciosas sandalias allá. A cambio de una cena. El trueque es el pan nuestro de cada día, así que no lo olvidéis, si vais para allá, llevar mucho, mucho calzado. Allí os hará falta. Para todo menos para caminar.
Viene esto en función de algo que quiero agradecerle a Rojo. No sé quien es Rojo, pero me entran ganas de conocerla, lo reconozco, o al menos de saber en qué se mueve... aunque por lo que parece, es una experta viajera entre el realismo y el surrealismo. Supongo que por eso terminó cayendo por aquí. Da igual. Ella decía el otro día que le parecía apasionante caminar con mis zapatos. Maururu, Rojo, Maururu. Yo le conteste que intento, todo lo que puedo ir descalza. Allí, en Rapa Nui, era más fácil que aquí. Undo lo sabe. Yo le decía que era la mejor manera de entrar en contacto con el lugar, y así era... Era fascinante clavar mis pies en la tierra. Fascinante.
Pero había otra razón que os puede resultar muy práctica para los que terminéis yendo para allá. Les encantan los zapatos. Yo había leído que los Rapa Nui son una cultura que siempre se caracterizó por su amor a los sombreros. Cada vez que un barco europeo llegaba a la Isla (el primero, holandés, llegó en 1722 ) los Rapa Nui se lanzaban a por los sombreros. Literalmente. Y todavía lo hacen. Con la diferencia de que ahora, además, se lanzan a los zapatos.
Yo dejé unas preciosas sandalias allá. A cambio de una cena. El trueque es el pan nuestro de cada día, así que no lo olvidéis, si vais para allá, llevar mucho, mucho calzado. Allí os hará falta. Para todo menos para caminar.
9 comentarios:
Pues yo casi me quedaría con las zapatillas de andar por casa.El viernes por la tarde,pensando en un par de pasajeras que podían cruzarse en Barajas,encendí la televisión.En la autonómica,un diálogo me atrae la atención.Una persona llama a un niño:"quiero que conozcas a alguien.Éste es.."(no recuerdo el nombre).
-Ya se lo he dicho,no voy a ir!
-Disculpemé,deme un minuto con él,eh?(dice un señor mayor).
-No funcionará(dice la primera persona),creamé.Estoy seguro.
-Eh!Puedo?
El niño juega con cartas y se las pasa.
-Póker de cinco cartas.Nos lo jugamos todo a una mano.
-¿A una mano?
-Si ganas,te libro de esos payasos,si gano yo,visitaremos la mayor ciudad del mundo.¿Tienes miedo?
-Trato hecho.
El señor baraja muy bien y silva y,entonces,pasamos a un ascensor.Llegan a lo que parece una recepción.Allí el encargado pregunta:
-¿Qué desea?
-Vamos a salir-dice el mayor.
-Por aquella puerta se entra.
-Lo sé,pero soy lo que llamarían un caso especial.Yo que usted,pegaría un telefonazo a las altas esferas si no quiere meterse en problemas.
Nuestro abuelo seduce,mientras,a
las ancianas que esperan sentadas,hasta que vuelve el recepcionista.
-Señor,espero que comprenda que se trata de una operación en un solo sentido.No podrá ir y volver cuando le venga en gana.
-No se preocupe,si esto sale bien,no verá mi careto en ,al menos,veinte años.¡Adios a todos!Vamos..
(Coches,luz,supermán en un cartel).
-Sí!!He vuelto!!Ja,ja,ja!!Creyeron que si me daban una mala mano me retiraría,pero ese no soy yo.No tenía buenas cartas,pero,aún así gané la partida.Deberías haberme visto.Ha sido el mayor farol del siglo.
(El niño,sorprendido y cegado por la luz,ve como se convierten las manillas de la puerta y la propia puerta en un dibujo .Pasa un autobús de dos plantas por delante del hotel pintado,parte baja de un edificio muy alto en obras.Se tapa los oídos.Hay gente fumando.El señor mayor se dirige a él.)
-¿Qué te pasa?¿Te sientes pesado?
Es la gravedad,ahora eres de carne y hueso.Tranquilo,te acostumbrarás,je,je.Vas a suplicar nacer en un momento.Estoy vivo!Estoy vivo!
Una mujer se despierta y lame los restos de helado en sus labios.Ve la tele.
Yo optaría por andar descalzo, pero pienso como tu. Así que el mejor calzado, sin duda, los calcetines.
veo que véis mucha tele.
Ayer vi a Tot por la calle. Ella no me vió. Iba sola, andando, por el centro. Iba con unos zapatos muy planos, unos vaqueros, una camisa blanca y un collar con muchísimos colores, aunque destacaba el Violeta.
Estaba despeinada. Muy despeinada, y radiante. No le dije nada. Disfruté mucho.
Caí aquí por una tremenda jugada del destino.Tu nombre,Tot.Siempre lo he ligado a una persona muy especial y siempre me ha gustado imaginármelo sin h.Siempre me hablaban de lo apasionante del mundo de los blogs y empecé a probar hasta que se me ocurrió realizar la búsqueda con tu nombre,aunque es muy probable(y de esto sabes tu mucho)que a quien estaba buscando no era a un simple nombre sino al ser que lo nombra para mí.Entonces apareció ese libro y supe,de alguna manera,que había encontrado un tesoro,como un regalo caído del cielo.Ahora que ha pasado un tiempo tengo que agradecértelo con esas zapatillas,por supuesto,porque más que caer aquí,he despegado hacia no sé donde.Y,por supuesto,espero algún día tener la oportunidad de conocerte.Parece que hay más de un Tot.Mi dirección es jardindegala@hotmail.com,allí podrás decirme el lugar donde enviarte el regalo.
Gracias y besos.
Te apasionan los zapatos, lo se. Recuerdo que en una ocasión, en muchos de nuestros viajes a Madrid hace 3 años callejeamos por el centro en busca de zapatos, y cuanto más raros mejor. (están locos, pensé yo, pero desde entonces me fijo en ellos y cada día me gustan más).
Sigo leyéndote y no he tardado en salir a la calle en busca de un libro "carta de una desconocida" de Stefan Zweig. Me voy a mi sofá a leerlo. Un beso.
De verad, Gracias a vosotros. Muchísimas Gracias...
creo que tot se ha olvidado de alguien. en fin es la vida.
...¿y de quien se ha olvidado Tot?
Publicar un comentario