viernes, septiembre 08, 2006

JU & JU (& JU). LAN 841

Juan y Julia son los "segundos" compañeros de avión de este fantástico viaje. Primero fue el escritor, y después llegaron ellos. Me fijé en ellos en el aeropuerto de Santiago, cuando esperábamos para embarcar. Me parecieron chilenos y me inventé que estaban de luna de miel. Después, una vez en el avión, ellos ocuparon, si mal no recuerdo, los asientos 33 a y b y yo, 32 a. Fueron mas de cinco horas de vuelo, y no fue mas que al aterrizar cuando me di cuenta que eran españoles! ... Hablamos un rato y nos separamos. Quedamos en buscarnos... pero nadie nos dijo que nos encontraríamos... sin buscarnos. Porque una de las lecciones de esta Isla, es que aquí no se puede planear NADA. Absolutamente Nada... porque todo fluye... porque fluir es el verbo mágico de esta Isla.
Mi primer día acá lo conocéis... Ceremonia, lechuga y Rano Raraku mientras Miru baila. El segundo día, amaneció lloviendo. Fui al museo de Antropología, para cobijarme del agua. Cuando cerraron el museo me senté en unos porches, a decidir mi próximo destino. Entonces, llegó un coche algo desonrientado (el museo está a las afueras y cerrado...) y eran ellos, Ju & Ju, así que me montaron, como la tercera Ju, y desde ese instánte, no nos separamos... hasta el sábado. Fue un día fantástico... sol, lluvia, sol y lluvia. Tres desconocidos que comparten lo que compartimos pasan a ser, al menos, hermanos... A los tres nos emocionó el silencio, la magnitud, del Ranu Kau.. el atardecer desde Orongo y el atún del Te Moana... Bailes en el memorable Topa Tangi.. el pub local... Fantástico... Volamos juntos en el Terevaka y bueno... Julia nos invitó a un inolvidable arroz con salchichas!
Ellos ya se fueron.. hace mucho que se fueron... de hecho, una Ju está en España y la otra prepara su maleta.. mientras, yo sigo aquí, enamorándome de este lugar a cada instánte... El sábado fui a despedirles al aeropuerto... y allí mismo JuanFe me ofreció su hospitalidad peruana, y empezó con él otro viaje dentro del viaje... hasta que JuanFe se fue, el lunes, y empezó otro viaje dentro del viaje hasta antes de ayer... que empezó otro viaje de la mano de Fernando, un santiagueño que también viajó con nosotros en aquel avión, Lan 841, pero que ha venido a vivir aquí... Pero con él empieza otro capítulo...
El otro día, mientras Pascual cosía los trajes para la actuación de por la noche, allá en su casa, echaron en la tele la llegada del vuelo Lan 841 del miércoles 30 de Agosto de 2006. El avión venía lleno de estudiantes militares rapanui que volvían a la Isla después de un año. Desde el sofá de Pascual vi descender por la escalera del avion a Ju & Ju, quienes comenzaban dos viajes, quizás mas, en su aparente viaje a Isla de Pascua... dos viajes interiores que espero les lleven donde merecen... ellos ya me entienden... Me hizo gracia ver sus caras al llegar... Porque nada tenían que ver con las caras que marcharon de aquí. .. sé que estoy destinada a lo mismo.. pero verles llegar, verles irse... me dió pistas de hasta que manera este lugar puede marcarte...
Iorana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

COMO EL AGUA.
Los estados de equilibrio marcan el extremo inferior de la evolución, en el que los mundos de los átomos y moléculas carecen totalmente de vida, están agotados, y no tienen energía para trabajar. Los astrofísicos y los cosmólogos han investigado la posibilidad de que el universo sea un sistema aislado y cerrado, destinado a dirigirse hacia la zona muerta de la entropía máxima. es decir, máximo azar y decadencia. Como sugiere la palabra "cerrado", nada lo afectaría. Los sistemas cerrados son islas en sí mismos, sin ningún flujo de materia ni energía entre ellos y su ambiente. Tales islas perfectamente enclaustradas estarían privadas de vida, movimiento y sonido.

Lo que intrigó a Prigogine - y antes de él, a muchos otros científicos - era ver cómo la vida podía eludir el implacable y triste destino del equilibrio y el inevitable deslizamiento hacia el desorden. Y sin embargo lo hace. La vida se vuelve cada vez más compleja y ordenada. Por lo menos en la superficie, parece evolucionar de este modo. Él fue uno de los primeros científicos en comprender que todas las formas de vida son sistemas abiertos, refiriéndose al estado de un sistema abierto, creador, que vive lejos del equilibrio. Este sistema tiene por lo menos dos opciones de crecimiento "desequilibrado", por la acción de tendencias centrípetas o centrífugas. Puede moverse hacia la multiplicidad y la cohesión, o bien hacia la disipación y desintegración.

Lo curioso es que el concepto de tiempo y orden en que aparecen estas tendencias está abierto a interpretaciones. Uno podría imaginar que las acciones centrípetas y centrífugas se darían en forma secuencial. Algo se integra sólo para desintegrarse cuando es estimulado. También se puede interpretar que las dos tendencias se producen en una fase, es decir, simultáneamente: nos volvemos más organizados y coherentes, o más desordenados y difusos. En ambas alternativas, esa bifurcación revela el estado de acción "desequilibrada" a través del cual creamos, crecemos y adquirimos coherencia - y desaparecemos - cuando entramos y salimos del orden... entrando y saliendo del caos.