Todos hemos fantaseado con eso alguna vez... una gran fiesta, llena de gente. Una fiesta misteriosa ofrecida para un grupo selecto y elegido. Una gran fiesta donde la condición es una.
- ¿Eres valiente?
- Extraña pregunta
- No he querido decir eso...
- Entonces ¿Qué has querido decir? ¿Por qué hace falta ser especialmente valiente?¿Qué te puede pasar?
- Y rió levemente. (...)
-¿Es un espectáculo clandestino? ¿una reunión selecta?¿solo para invitados?
- No lo sé. Recientemente eran treinta personas, la primera solo dieciseis.
- ¿Un baile?
- Claro que un baile..(...)
- ¿Cómo se entra?
- Tienes que saber la contraseña, y cada vez es una distinta (...) Todos van enmascarados, damas y caballeros. ¿Acaso llevas encima una máscara y todo eso? ....
Este diálogo sale del fascinante libro Relato Soñado, de Arthur Schnitzler aunque a otros les recuerde inquietantemente a la famosa (y última) película del genial Stanley Kubrick . En la historia, que tanto da que pensar... acerca de la infidelidad al principio, y acerca del anonimato después. el clásico Baile de Máscaras se convierte en una orgía donde, gracias al anonimato garantizado por el uso de las máscaras, uno puede materializar... representar... escenificar, sus fantasías.
Las máscaras sirven para ser quienes siempre hemos querido ser, sin ser nosotros mismos.... Para hacer lo que jamás haríamos en situaciones "descubiertas".... para decir lo que nunca (por timidez, por miedo, por falta de atrevimiento...) diríamos a la cara.... Ser y no Ser... eso es la máscara... siendo y no siendo.... La máscara disfraza, ( y en ocasiones, es necesario...) oculta... pero en ocasiones, revela. Cuando usamos una máscara, una parte de nuestra verdadera personalidad se difumina... y se mezcla con una nueva, recién adquirida, como si ese objeto inerte que es una máscara nos poseyera al entrar en contacto con nuestra piel... bajo una máscara nos convertimos, muy poco a poco, en alguien diferente... pero con un poder y una fuerza que no conocemos sin esa máscara...
- ¿Tiene la habilidad de decirnos la contraseña de la casa? - La voz sonaba cortante
- Dinamarca
- Exacto, esa es la contraseña de entrada. ¿ Y la de la casa, si me lo permite?
- La he olvidado - Respondió con una sonrisa vacía, sintiéndose muy tranquilo
(...)
- ¡ Fuera la Máscara! ¡ Queremos decirle a la cara, y no a la máscara, que es lo que le espera!
Le hubiera parecido mil veces peor ser el único sin máscara entre todos aquellos enmascarados que encontrarse de pronto desnudo entre personas vestidas.
... Y así, de algun modo que no explico, se ha convertido este blog en un Baile de Máscaras, dónde nos mezclamos unos con otros, sin identificarnos, sin rozarnos, pero sintiéndonos... Sabiendo que debajo de cada máscara "usuario anónimo" está una mirada que conoces, y de la que te inquieta el saber que está tan cerca, mirándote, y a la que no puedes corresponder porque no sabes, de ningún modo, quien es... por mucho que le intuyas.
Las máscaras dan un poder atroz... el del anonimato... pero nos alejan porque no me permiten besarte.
Besaré a tu máscara, no a tu rostro... y soy de las que prefieren la piel antes que a la madera.
De todos modos, continuemos el Baile. Sabemos como terminó el de Schnitzler. .. Este, en cambio, lo escribimos cada día.
- ¿Eres valiente?
- Extraña pregunta
- No he querido decir eso...
- Entonces ¿Qué has querido decir? ¿Por qué hace falta ser especialmente valiente?¿Qué te puede pasar?
- Y rió levemente. (...)
-¿Es un espectáculo clandestino? ¿una reunión selecta?¿solo para invitados?
- No lo sé. Recientemente eran treinta personas, la primera solo dieciseis.
- ¿Un baile?
- Claro que un baile..(...)
- ¿Cómo se entra?
- Tienes que saber la contraseña, y cada vez es una distinta (...) Todos van enmascarados, damas y caballeros. ¿Acaso llevas encima una máscara y todo eso? ....
Este diálogo sale del fascinante libro Relato Soñado, de Arthur Schnitzler aunque a otros les recuerde inquietantemente a la famosa (y última) película del genial Stanley Kubrick . En la historia, que tanto da que pensar... acerca de la infidelidad al principio, y acerca del anonimato después. el clásico Baile de Máscaras se convierte en una orgía donde, gracias al anonimato garantizado por el uso de las máscaras, uno puede materializar... representar... escenificar, sus fantasías.
Las máscaras sirven para ser quienes siempre hemos querido ser, sin ser nosotros mismos.... Para hacer lo que jamás haríamos en situaciones "descubiertas".... para decir lo que nunca (por timidez, por miedo, por falta de atrevimiento...) diríamos a la cara.... Ser y no Ser... eso es la máscara... siendo y no siendo.... La máscara disfraza, ( y en ocasiones, es necesario...) oculta... pero en ocasiones, revela. Cuando usamos una máscara, una parte de nuestra verdadera personalidad se difumina... y se mezcla con una nueva, recién adquirida, como si ese objeto inerte que es una máscara nos poseyera al entrar en contacto con nuestra piel... bajo una máscara nos convertimos, muy poco a poco, en alguien diferente... pero con un poder y una fuerza que no conocemos sin esa máscara...
- ¿Tiene la habilidad de decirnos la contraseña de la casa? - La voz sonaba cortante
- Dinamarca
- Exacto, esa es la contraseña de entrada. ¿ Y la de la casa, si me lo permite?
- La he olvidado - Respondió con una sonrisa vacía, sintiéndose muy tranquilo
(...)
- ¡ Fuera la Máscara! ¡ Queremos decirle a la cara, y no a la máscara, que es lo que le espera!
Le hubiera parecido mil veces peor ser el único sin máscara entre todos aquellos enmascarados que encontrarse de pronto desnudo entre personas vestidas.
... Y así, de algun modo que no explico, se ha convertido este blog en un Baile de Máscaras, dónde nos mezclamos unos con otros, sin identificarnos, sin rozarnos, pero sintiéndonos... Sabiendo que debajo de cada máscara "usuario anónimo" está una mirada que conoces, y de la que te inquieta el saber que está tan cerca, mirándote, y a la que no puedes corresponder porque no sabes, de ningún modo, quien es... por mucho que le intuyas.
Las máscaras dan un poder atroz... el del anonimato... pero nos alejan porque no me permiten besarte.
Besaré a tu máscara, no a tu rostro... y soy de las que prefieren la piel antes que a la madera.
De todos modos, continuemos el Baile. Sabemos como terminó el de Schnitzler. .. Este, en cambio, lo escribimos cada día.
3 comentarios:
¿y cuándo nos piensas besar a los que siempre vamos sin máscara?
¿sabes de donde viene histriónico? El Histrión era la máscara que llevaba el actor de las tragicomedias griegas...
En griego, máscara y persona reciben el mismo nombre. Para los antiguos griegos, eran la misma cosa. Máscara y persona se funden y se confunden;En griego es prósopon, palabra que, además de “máscara”,significa “cara”, “rostro”... y también puede significar “persona”.
Los antiguos griegos identificaban el rostro con la persona y la máscara con el personaje. Naturalmente, los rasgos del actor raras veces se corresponden con los del personaje representado; para acercarse a la imagen que se supone debe tener el personaje, se “caracterizan”, lo que no es más que una sofisticación del enmascaramiento griego clásico.
que un actor pretendiera ser Histrión exhibiendo al mismo tiempo sus rasgos personales, los que le definían como individuo fuera de la escena, era totalmente absurdo. Así que tenía que cubrir su rostro con una máscara que reprodujera la verdadera faz del personaje. Ocurría así algo casi mágico: al ponerse la máscara, el actor se convertía literalmente en otra persona: el personaje que representaba.
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