lunes, noviembre 27, 2006

LOS CORAZONES...


Mientras trato de no perder la calma por un blog que se ha vuelto loco... que ha adquirido vida propia de una manera descontrolada, caótica, casi destructiva... y mientras no me quito a Frankestein de la cabeza; o a esos Robots que se vuelven incontrolables porque resulta que tienen sentimientos... etc etc... siento la tremenda necesidad de hablar (y ya van dos...) de los corazones...
Del corazón... de ese órgano que pesa apenas un cuarto de kilo y que nos mantiene en pie... Ese que bombea sin parar.... ora sístole, ora diástole.... ese motor de un sonido silencioso que solo podemos escuchar en los otros cuando estamos muy... pero que muy... cerca de la otra persona.... Ese que podemos acelerar a nuestro antojo con besos y caricias.... ese que podemos decelerar con susurros y esperanzas...

Y pienso en el corazón de Rilke... ése que dejó de funcionar cuando el poeta se pinchó con la espina de una rosa.... Pienso en el corazón de un embrión... o en el embrión corazón, que tímido comienza su andadura con tutú... y pienso en los corazones de las personas a las que quiero.... e incluso en los de las personas que no quiero... pienso, y pienso... y me entristece leer en la prensa la noticia de un ciclista que se le rompió el corazón. Su manillar se lió con otro manillar, ambos ciclistas salieron despedidos, chocó contra una valla, en un golpe más, tonto, de esos que todos hemos tenido alguna vez en una caída... pero sin resultados fatales y leo en la prensa que "al ciclista se le rompió el corazón". Y noto como los pelos se me ponen en punta. Cómo un escalofrío me recorre. Me pregunto, entonces, qué se le habrá roto a su recién y joven esposa. El alma, supongo. La vida, imagino....
Y es la muerte de un deportista, de un ser humano más la que me afecta (como las víctimas de un accidente de tráfico, de la violencia de género... de la violencia gratuita, de las guerras sin sentido... etc etc...) y pienso en corazones que se paran... pero nunca pensé en corazones que - literalmente - se rompen.

Y quiero estar en silencio. No decir nada. Escuchar el silencio y si es posible, y en él, escuchar a mi corazón... ora sístole.... ora diástole... ora feliz... ora expectante... ora dudoso... ora acelerado... ora ilusionado... ora decepcionado.... pero latiendo... y pienso entonces en René de Chateubriand... aquel que dijo aquello de que
Mientras que el corazón tiene deseo, la imaginación conserva ilusiones....

Y es que hoy he aprendido que los corazones, de verdad....se rompen. Cuidaré mi tesoro, entonces... porque mas que nunca necesito el deseo... y con él, las ilusiones...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Uau!El fantástico mundo de nuestros criados,los felinos llamados gatos,que no sólo disponen de la facultad que le permite comunicarse sin hacer ruido,sino que responden a caricias y besos,no sólo con una aceleración de su sangre,sino con un sonido de ron ron,como un autobús arrancado,esperando a llevarnos de viaje.Pero,claro,deben tener unido el corazón con el resto del cuerpo,o quizás son todo un corazón y por eso son tan callados,porque no le caben ni expectativas ni nada,aunque imaginación deben tener,porque hablan por la noche,cuando sueñan.Deben tenerlo unido a las cuerdas vocales,o a algún órgano que lleve el aire a la sangre,no lo sabemos,nunca ha habido un gato astronauta,que tengamos constancia.Para los amantes de la percusión,que sepan que dicen que tiene forma de tambor de madera,para que puedan sonar los besos siempre,porque la carne es tan sabrosa que dura poco en el plato de la noche,de donde vengo de pasar unos días esplendorosos.¿Te lo he contado?,es que he olvidado todo lo que hablamos y todas las canciones que sonaron,resbalé cruzando la Gran Vía y ahora buceo rodeado por miles de translúcidos pececitos.Me he hecho amigo del vago de "Slo Mo"y de la buenaza de "Santa",así que no sé qué va a ser de mí.Menos mal que no hace frío y que es imposible aburrirse en estas profundidades.Son como moscas.Ni todas las comadronas que ha habido,hay y habrá han visto tantos nacimientos como este pesado madrileño.

Anónimo dijo...

Pesado es poco!! Crea tu propio blog ya de una vez!!

Anónimo dijo...

No te preocupes,usuario anónimo.Tengo suficiente oxígeno todavía,no ves que tenemos el barco con suficientes botellas para hacer las inmersiones que hagan falta hasta concluir esta pionera investigación.Del cuaderno se encargan,por ahora mis compañeros.Bastante tengo yo con tantas horas a remojo.Me hace gracia,porque me dices lo mismo que mi madre,"y sal pronto,no estés tanto tiempo",claro que ahora no me dice lo mismo.Recuerdo la vez en la que me compró mi primer cinturón de lastre,no hubo manera de hacerla entender que es necesario descender con plomo,ya sabes,para equilibrarse uno.Y ahora que llevó 9 kilos,no hace más que insistirme para que no deje de ser responsable con mi trabajo,que tantas satisfaciones me ha dado,y me deje de tanta fiesta.Así son las cosas y es complicado encontrar las proporciones justas,como cuando caes con todo el equipo y compruebas que te mantienes,en inspiración,con el agua entre la barbilla y los ojos.Te puedo asegurar que notas cualquier desviación del peso habitual,cuando te pasas con las comidas.Gracias por tu interés,espero tenerte entre mis lectores y, siendo el que más comentarios haces aquí,seguro que te animas a hacerlos en mi bitácora,que este pez cebra da para mucho.

Anónimo dijo...

Espeluznante lo del ciclista,realmente no hay palabras.
A mí también me ha recorrido un escalofrío el cuerpo al enterarme de los detalles.Un abrazo muy fuerte.

"El ciclista belga se enteró de la muerte de Gálvez en el hospital universitario de Gante, adonde ambos fueron llevados después del accidente. "En la unidad de urgencias escuché a dos médicos que estaban hablando del accidente y de la muerte de .... este chico. No sabían que yo también venía de la pista y que me caí junto a él. Mi pulso subió de un tirón", explicó De Fauw.

El ciclista belga contó que estaba en cuarta o quinta posición cuando de repente le adelantó Gálvez. "No le había visto. Cuando nuestros volantes se enredaron, los dos fuimos lanzados hacia arriba de la pista. Todo pasó en menos de un segundo", relató.

"Tenía que ser una fiesta,los espectadores estaban entusiasmados y de repente todo se oscureció", añadió De Fauw.

Anónimo dijo...

Muy triste lo que pasó! Tambien me recuerda cuando murio, recientemente, el famoso autraliano...