martes, junio 13, 2006

LABERINTOS ... EXISTENCIALES


Siempre me han fascinado los laberintos... y por extensión - o quizás por contracción - las espirales. Trato de leer (y devorar) todo lo que cae en mis manos (y en mis ojos) al respecto, y cada día me estremezco ante los nuevos "descubrimientos", o mejor dicho, aprendizajes.

Leo en el librito En el Laberinto, de Karl Karényi (Siruela) que "un laberinto es la defensa (en ocasiones mágica) de un centro , de una riqueza... de un significado. Es el modelo de cualquier existencia, que a través de un número de pruebas, avanza hacia su propio centro, hacia sí misma, hacia el Atman (..)) El que así habla es Mircea Eliade. Otro de los imprescindibles... no se para qué, pero imprescindible.

Anoche un gran amiga, casi casi a punto de perderse en su propio laberinto (laberinto existencial, bonita expresión...) me preguntaba ¿Pero por qué tiene que ser todo tan díficil? Mis pacientes (o clientes, nunca sé...) me dicen "La vida tiene que ser otra cosa"·. Otro amigo me pregunta ¿Pero por qué me tiene que pasar esto a mí? y yo misma me planteo, más últimamente, ¿Pero cuando terminará esta racha tan díficil? y de pronto, otra vez Eliade, me regala la respuesta.

"En diversas ocasiones he tenido conciencia de salir de un laberinto o de encontrar el hilo... Me había sentido oprimido, deprimido, extravíado... Naturalmente nunca me había dicho "estoy perdido en un laberinto", pero siempre al final tuve la sensación de haber salido victorioso de un laberinto. Es una experiencia que todo el mundo ha conocido. Pero es preciso decir también que la vida no está compuesta por un solo laberinto: la prueba se repite"

Gracias, entonces, a Ariadna, la que siempre nos sujeta... el hilo.


10 comentarios:

Tot dijo...

.. El cuadro es de Leonora Carrington, a la que también debemos seguir... en este caso, la pista

Anónimo dijo...

A pesar de que no me encuentre en un mommento que me interesen mucho las ideas escritas, pero si el olor acido y dulce de la vida. Las ideas que se presentan en este post me han hecho volver a pensar (aunque debería poner "hacerme una paja mental", sin animo de connotar).
Ambos planteaminetos presentan la existencia como un laberinto. Coinciden en lo que es la idea de un laberinto. Esto es, un camino ambiguo y confuso plagado de dificultades. Pero a su vez difieren en el sentido de camino.
En el primero se plantea un laberinto con centro, en el que se va desde algún punto del laberinto hacia el centro. En este caso el centro es desconocido y cargado de sentido. Supuestamente la llegada a este será el que nos salve, nos de paz y de alguna forma conocimiento.
Por el contrario en el segundo caso nos presenta un laberinto sin centro, en realidad el centro es el exterior. Partes de estar en algún lado del laberinto sin saber porque, para atraves de caminar por este conseguir salir. En este caso el centro o el exterior, es conocido, seguro y cierto. Es un camino único, recto e indudable, con laberintos tangenciales de salida unica al mismo camino, del que se cae de vez en cuando a los laberintos tangenciales.
Así pues están los laberintos tornado, que son un sumidero positivo en el que se va de dentro hacia afuera. Y están los laberintos agujero negro, que son un sumidero negativo que van de afuera hacia adentro. De cualquier modo, esto solo es un problema de forma, porque lo que presentan los dos textos de fondo es la necesidad de no estar en el laberinto sufirendo y salir de el como salvación. De alguna forma es el texto de la existencia como un valle de lagrimas y su opuesto del bienestar, aunque en este caso en vida.
En mi opinión, a ambos textos que en el fondo plantean laberintos con fin, se les podria oponer un laberinto infinito. Por tanto, un laberinto sin centro ni salida a ningun sitio. Una existencia laberinto, una existencia sin fin, sin meta, sin certeza.
Sea uno de estos tu caso, o cualquier otro el caso en el que te encuentres. Sería bueno que te hagas un mapa y aprendas del camino. A menos que el laberinto cambie con el tiempo, ya que entonces no te servira de mucho.

Tot dijo...

Melocotón con vino... que diferentes son nuestras percepciones.. En ningún momento entiendo que el "texto" del laberinto sea el de la existencia como un valle de lágrimas! que va, todo lo contrario.. mira Dieguito, por ejemplo, que bien se lo pasa dentro del mismo... Lo que quería quizás transmitir es que en algunos tramos los obstáculos son tremendos, durisimos, y no me refiero solo a la amenaza de un Teseo, si no a vericuetos cerrados, o paredes bien estrechas, asfixiantes... pero también reivindico la diversión que provocan ciertos tramos... (verdad, Diego?) Un laberinto "existencial" es una crisis, y una crisis, en chino, es la suma de un peligro y una oportunidad. Los laberintos han sido siempre "pruebas de vida". El que no lo superaba, moría (y la muerte no siempre ha sido percibida como ahora... un final, a veces era un destino mejor) y el que lo superaba se convertía en Héroe. Pero de los héroes hablaremos otro día, se lo debo a un gran amigo.

Quizás, lo que trataba de transmitir, es que hasta lo peor a lo que nos enfrentamos cada día, es una prueba. Lo dijo Nietzsche "lo que no me mata, me fortalece".

Tot dijo...

Ah bueno... y con respecto al mapa que me planteas, disculpa que discrepe... pero no creo me sirva demasiado. Los laberintos son centrífugos, y no paran de moverse... Aun no sé cual será mi próximo paso, así que los mapas, los guardamos para otros tramos... mas predecibles.

Anónimo dijo...

Estupendo Comentario el de hoy!!

Anónimo dijo...

Unos no quieren oír hablar de laberintos,simplemente los niegan,pretendiendo llevar su vida en coches potentes que circulan por una autopista ancha y vallada hasta la felicidad.
Otros,perdidos,quieren encontrar la salida a una vida llena de desgracia y dolor.Quieren estar fuera de las calles estrechas y oscuras,donde nadie les entiende,porque todos tienen miedo y sólo buscan salir lo antes posible.
Otros pretenden llegar a la solución central,auténtico objetivo de su valiente trayecto,por el terrible y,casi siempre solitario,laberinto.De éstos,algunos alargan la consecución de la meta,porque después(piensan)no tendrán nada que hacer,y algunos pretenden quedarse allí,en un supuesto paraíso.
Otros salen defraudados,una vez llegado al centro y obteniendo solamente un hilo,un único hilo,por mucho que se sientan bien por haber superado la prueba.¿Y ahora qué?

Anónimo dijo...

A riesgo de equivocarme,creo que todos debemos entrar y salir,entrar y salir,caminar,sin esperar una meta,ya que en el caso de conseguirla,encontraremos el fin.Y si el fin lo vamos a encontrar tarde o temprano,¿por qué no esperarlo tranquilamente?Quiero decir que la raíz de todos los planteamientos vitales anteriores es la idea que tenemos de la existencia,negando la del otro,porque consideramos la nuestra la única válida.Y,de hecho,es la única válida...dicen que la verdad es lo que es útil.Planteo que todos llevamos un centro del laberinto,el auténtico que podemos conocer,y que es lo mismo en todos.Saber de su existencia hace que todo itinerario sea bello,hace que ,hilo tras hilo, se pueda construir una tela en la que todo encaja,hace que el deseo no nos arrastre,hace que podamos ver a los demás igual que a nosotros,hace saber que la oscuridad,los demonios,la rabia,son nuestros y de nadie más.En definitiva,que apuesto por los agujeros negros y los tornados,no sé si infinitamente,no sé lo que hay después de la hora violeta.

Anónimo dijo...

laberintos, laberintos,... ¿existen realmante? ¿o simplemente los imaginamos y los hacemos reales? ayer llamé a una amiga para ver qué hacía, nada más, me tuvo 45 minutos al teléfono, estaba de baja por estrés(?), por depresión (?),por... estar en un laberinto(?). A esta amiga le ayudé hace 3 años a salir de uno que vosotros llamáis laberintos (de ahí surgió la amistad) y ahora está en un nuevo laberinto, según ella inescapable y según ella nuevo y único, aunque a mí me parece que ya ha estado sino en el mismo laberinto sí en uno muy parecido o igual, pero no lo recuerda, el de antes lo ve menor, el de antes no es importante ni amenazante, el de ahora le ahoga. lo bueno o lo malo de los sentimientos pasados es que se recuerdan pero no se sienten, yo recuerdo estar muy enamorado de alguien(es) pero no soy capaz de reproducir ese sentimiento hacia esas personas. ella, mi amiga, sabe que una vez estuvo muy jodida y salió pero no lo siente y entonces no le ve salida a su nuevo laberinto, porque piensa que no tiene, porque se siente perdida en una espiral de frustracción. Pero... ¿y si no hay ningún laberinto? ¿y si sólo nos los creamos? yo que soy muy de perderme en enredaderas vitales admiro a aquellos (que son más que aquellas) que caminan de frente sin ver ningún embrollo a su paso y se llevan por delante los setos, espejos, cristales, muros, alambradas,... que a los demás nos marcan un camino que nos hace, cuando no perdernos, sí perder más tiempo del necesario para llegar a ningún lugar. respiremos fuerte, cerremos los ojos y avancemos con decisión y de los laberintos saldremos marcando el camino correcto con un lapicero mirando desde arriba la ruta correcta, en una hoja de periódico antiguo.

Anónimo dijo...

"El laberinto ha quedado perdido en algún lugar del tiempo, han llegado hasta nosotros algunos que pueden encontrarse principalmente en Europa, y en el interior de las catedrales y algunas iglesias, por lo general se los halla realizados en los pisos. Ellos nos invitan a recorrer sus caminos que son los nuestros, e ir hacia su centro que también es nuestro y luego encontrar el camino de vuelta. Además cuando estemos en presencia de un laberinto en una catedral gótica debemos tener presente, que en el lugar donde se encuentra hay corrientes energéticas que nos son beneficiosas, todas las catedrales góticas están construidas sobre asentamientos energéticos o fuerzas telúricas, ese es otro motivo por el cual el laberinto nos invita a recorrer sus mosaicos. Hay un símbolo que muestra perfectamente la ubicación de nuestro centro, que es el laberinto de la letra G, recorriendo la letra desde arriba hacia abajo, volviendo a ascender, y girando hacia adentro nos conduce a él."

Faramar dijo...

Recuerdo que una profesora de literatura contaba que la tristeza es como un cono invertido.
Igual que un colador chino, con forma de espiral... cuando más bajas, más difícil es subir y mayor es el esfuerzo. Por eso al menor síntoma de tristeza profunda, hay que agarrarse con fuerza a los bordes, antes de que ésta (la tristeza) te atrape y caigas al vacío.

Es curioso, pero hace años firmaba con un boli morado espirales... intentaba que cada vez fueran más perfectas, y así tengo muchas de mis carpetas pintadas...
con espirales moradas.

Me encanta la ilustración.