viernes, junio 16, 2006

JUPITER


Yo nací un jueves, y la verdad, desde siempre mis jueves han sido benévolos conmigo. Si, vi la luz un jueves, Día de Júpiter, si bien ya no recuerdo qué Júpiter me meció en sus brazos...si el Caelestis, el Lucetius o el Fulgurator. No lo sé, por que de celestial no sé si hay mucho en mi vida, si es cierto que hay mucha Luz (aunque me cueste manejarla en las fotografías, verdad, maestro? y aunque como diría Salinas, no venga de tí... Hay también un Júpiter Pluvius, pero lo cierto es que la lluvia me da ganas de correr (no de ella, si no bajo ella...) ..

Descubro que hay un Júpiter Feretrius, que quizás es quien explica la elección de mi tema de tesis doctoral...Hay un Júpiter Victor, que bueno, era "el guía de los romanos en la victoria"... está bien, es evidente que no es comparable, pero presumiendo un poco puedo reconocer que sin ser guía si que trato de aportar algo a las victorias de "mis" atletas, por ejemplo...
Pero eso sí, el que me ha llegado realmente al alma ha sido Júpiter Tonans (el troneante). Toda la vida escondiendo mi romántico nombre (que empieza por "ju" de jupiter... y de jueves..) detrás de el de Tona y resulta que todo estaba escrito desde el día que nací. ...

Menos mal, que por lo menos, los jueves las cosas me salen bien.
Otra historia son los lunes... o los miércoles.... o los viernes... ¡¡¡¡!!!! ...

(cuadro: Júpiter, parece que mi padre... con Thetis... una de sus amantes. El cuadro es de Ingres)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo nací un domingo,quizás por ello
tenga la impresión de que todos los días son fiesta,sobre todo porque hay algo que leer,que aunque parezca una no-actividad,es una de las mejores actividades que conozco,de alguna manera, un trabajo
de domingo.Y como hoy es domingo,aporto mi granito de arena,que no viene de mí,a esta fábrica abierta las veinticuatro horas:
Mientras haya
alguna ventana abierta,
ojos que vuelven del sueño,
otra mañana que empieza.

Mar con olas trajineras
-mientras haya-
trajinantes de alegrías,
llevándolas y trayéndolas.

Lino para la hilandera,
árboles que se aventuren,
-mientras haya-
y viento para la vela.

Jazmín, clavel, azucena,
donde están, y donde no
en los nombres que los mientan.

Mientras haya
sombras que la sombra niegan,
pruebas de luz, de que es luz
todo el mundo, menos ellas.

Agua como se la quiera
-mientras haya-
voluble por el arroyo,
fidelísima en la alberca.

Tanta fronda en la sauceda,
tanto pájaro en las ramas
-mientras haya-
tanto canto en la oropéndola.

Un mediodía que acepta
serenamente su sino
que la tarde le revela.

Mientras haya
quien entienda la hoja seca,
falsa elegía, preludio
distante a la primavera.

Colores que a sus ausencias
-mientras haya-
siguiendo a la luz se marchan
y siguiéndola regresan.

Diosas que pasan ligeras
pero se dejan un alma
-mientras haya-
señalada con sus huellas.

Memoria que le convenza
a esta tarde que se muere
de que nunca estará muerta.

Mientras haya
trasluces en la tiniebla,
claridades en secreto,
noches que lo son apenas.

Susurros de estrella a estrella
-mientras haya-
Casiopea que pregunta
y Cisne que la contesta.