martes, julio 11, 2006

GIOVANNI PAPINI


Conocí a Papini gracias a un pintor de cielos impresionantes, o quizás impresionistas.. Una de las cosas que me queda de aquella época es el afán por la búsqueda de libros descatalogados, raros... agotados... Te pegas años y años buscando un libro (cuando empezábamos con estas búsquedas internet era de uso minoritario....) y lo que sientes cuando por fín lo encuentras, cuando lo tienes en tus manos, resulta incomparable a cualquier otra sensación.... Tres años tras un tomito de Solzhenitsyn, para encontrarlo, preci(o)samente, en esta ciudad... Las aventuras tras La Nube Púrpura, de Schiel... que dió hasta para que se escribiera un relato (Carlos, espero cambiaras el final, no me gusta el que fué... cámbialo con tu poder sobre las palabras....) que acababan de vender en una librería de saldo en la Calle Corrientes, en Buenos Aires, panacea para los que sufrimos de esta afición/ adicción.... La búsqueda de El Libro Negro de Papini duró menos, pero leer ese libro fue una de las cosas más gratificantes de la aventura... Luego empiezas a conocer los cuentos de este autor, laberinticamente psicológicos, y algunos, sentimos la necesidad casi casi de arrodillarnos!.. Si uno es muy religioso encuentra bibliografía de una calidad incomparable... pues solo un reconocido ateo después convertido a teólogo podría escribir como él... pero no hay que ser creyente para entenderle, ni muchísimo menos...Leemos los títulos de sus cuentos El día no restituido...El Espejo que huye.. El hombre de mi propiedad...El mendigo de almas....El prisionero de sí mismo...El suicida sustituto... El que no pudo amar...Historia completamente absurda...La última visita del caballero enfermo....No quiero más ser el que soy....¿Quien eres?....o Una muerte mental.... y ya podemos hacernos una idea de por donde vamos... aunque leyéndolo sintamos un vértigo atroz, porque nos mete como nadie en la psicología humana... por muy redundante que suene este concepto.... y que en vez de encontrarnos, puede que nos perdamos.... pero solo para abrir los ojos, al final, en el centro justo del laberinto existencial...

"(...) No tengo, pues, ninguna gana de no ser, pero si una desesperada y prepotente voluntad de ser de otro modo... de ser otro. Y tengo también un desesperado deseo de no ser lo que soy, porque soy de tal manera que quiero lo que no podré tener nunca. Yo quiero no ser yo, porque se que nunca podré no ser yo.
He aquí que he llegado al absurdo. He aquí que he llegado al momento en que ninguno puede saber lo que yo digo y lo que quiero. Ninguno sabrá lo que está en mí en estos terribles momentos . Ninguno, justamente ninguno: ni siquiera el más fino, el más psicólogo, el más stendhaliano de los demonios familiares.
(...)

Anhelas ser otro. Pero quien tiene el deseo que nadie ha tenido, se encuentra ya, frente a los demás hombres, en el mejor camino para no ser lo que es. y tu estás en ese caso, miedoso y excelente amigo. Te hallas en el umbral de tu alma y quizás, - ¿quien lo sabe?- quizás salgas de ella si no tienes demasiado temor a la oscuridad que hay afuera".

De No quiero ser más el que soy.

¿Se puede salir del alma? ¿Se puede uno coger vacaciones de sí mismo? ¿Dónde se va cuando se cierran los ojos? .... ¿Como puede ser eso, si somos nosotros lo mejor que tenemos.... y lo mejor que somos?

¿?

(No se poner enlaces, pero si le daís a Papini tenéis enlaces a todos y cada uno de los cuentos que aquí os enuncio.... pasarlo bien!!)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se quiere ser más lo que se es cuando se es lo que no es.
Cuando "nosotros"no es lo único que tenemos o somos,entonces podemos irnos,dejar de ser lo que somos.
El sueño necesita un soñador que recuerde los sueños,como"nosotros"necesitamos sueños que nos cambien hasta no ser nadie,lo que fuimos antes de tenernos.
Nos tenemos pero no somos nosotros.

deniman dijo...

Perdona pero anoche no pude escribir.
ME extraña que nadie te haya explicado lo de los hipervínculos (o tal vez no he entendido el comentario y no es a esto a lo que te referías)
- Selecciona una palabra que tenga relación con la dirección que quieres enlazar (si no la tiene y todo el mundo hiciera lo mismo, google sería un caos). Una vez marcada, pincha en el icono con forma de cadenita que tienes en la barra de edición, te sale un cuadro donde debes introducir la dirección en cuestión, y volilá. Ya tienes palabrita azul, como el color del cielo cuando no hay nubes.