miércoles, julio 19, 2006

ANECDOTAS



Pasó hace unos meses.... si bien la fotografía se tomó hace muchos años, precisamente en 1935.
Estaba dando una clase, "Intervención Psicológica y Salud", y hablábamos de un tema de mucha actualidad: La relación entre el estrés y la salud. Los alumnos tenían que hacer un ejercicio. Mientras lo completaban, me puse a leer uno de esos periódicos gratuitos con los que a veces parecen que te atacan por la calle para dártelos. Era un día completamente normal. Lunes. El periódico en cuestión, 20 minutos, inauguraba ese mismo día un Museo Virtual de Viejas Fotos, por lo que dedicaron la portada a una de estas fotos, bastante grande. El pie de foto decía "Alfocea, 1935". Alfocea es un pueblito que está apenas 15 km de Zaragoza. Los habitantes de ese pequeño municipio se caracterizan por el dicho "eres más bruto que los de Alfocea", para que os hagáis una idea. García Marquez se inspiró en su pueblo para construir Macondo.... si hubiera sabido de Alfocea otra gran obra nos deleitaría, seguro... Lo sé porque lo he vivido desde niña, ya que mi familia materna proviene de Alfocea, ejem... Soy aragonesa por todos los costados y rincones de mi cuerpo. Todos los poros de mi piel están bañados de cierzo, tienen sin duda algo de desierto, y quisiera creer que también algo de frutas de aragón... dulces, sabrosas, y que en sobredosis pueden resultan bastante empalagosas...
Miré la foto no sabría definir con qué sensación, pero si que recuerdo que lo hice con una profunda intuición. En esa fotografía, de hacía tanto tiempo, estaba pasando algo... algo importante, y tenía que descubrirlo. Aparecen en la foto los mozos del pueblo, miradas rudas, atentas... algunos llevan sus mejores galas, sin duda para mantenerse elegantes de por vida en un papel que les sobreviviría... Otros, llevan las galas que podían, alpargatas y pantalones de loneta. Y entonces, le ví. Os prometo que me estaba mirando, allí estaba, entre todos esos jóvenes estaba él, mi yayo. Mi abuelo era una de esas personas de una sensibilidad infinita interna y una dura apariencia externa. Con ocho años, se convirtió en el hombre de su casa, cuando dos de sus hermanos y su padre murieron ahogados en un río. Su hermano mediano se fue a bañar y empezó a hundirse. Su hermano mayor se metió veloz a salvarle.... el padre se metió a salvar a sus dos hijos, y fallecieron los tres. Eso fue hace mucho tiempo. Tiempo después, con sus hijas e hijo ya mayores, tuvo un grave accidente de coche. Cayó a un pozo y se le aplastaron varias vértebras. Con mucha fuerza y con dos muletas era capaz de mantenerse erguido. En 1977 murió la mujer de su vida, mi yaya. Desde ese día, decidió que nunca, pero que nunca más caminaría. Y era muy contundente en sus decisiones. Como cuando dijo "a partir de hoy no pienso fumar ni un solo más cigarrillo en mi vida". Desde ese día solo fumó farias. Odiaba a los médicos y si una muela le dolía se la arrancaba. Es que era de Alfocea. Me emocionó, sobre manera, esa fotografía... reconocerle ahí... de pie, con su insignia en el pecho y sus alpargatas de esparto. Me emocionó volver a verle, porque hace tiempo que se fue... (la vida quiso que muriera en Colombia y que hoy esté enterrado en una preciosa Catedral de un pueblito antioqueño... mas material para García Márquez....) y sobre todo, me emocionó verle de pie. Porque nunca pude verle de pie. Os aseguro que desde que se fue, ya nunca nadie me ha llamado "mi sol". Pero he de agradecerle parte de su herencia... digamos que no me arranco las muelas ni fumo farias.... pero hay veces, que soy igual de terca y contundente. Gracias, yayo... Qué decir que ese día no terminé la clase....

7 comentarios:

Tot dijo...

El enlace nos envía a El País, pero la dirección es http://www.20minutos.es/museo-virtual/

Por si alguien quiere darse un paseo por recuerdotecas ajenas.

Un beso.

Faramar dijo...

¡Bonita historia!

Somos como somos, por la genética, y depués de nacer nos seguimos haciendo más allá del ADN...
A veces se nos olvida quiénes somos y de dónde venimos de tantas influencias que adquirimos, por eso es importante hacer un ejercicio con la memoria dormida: mirar atrás y adentro, reencontrarnos con los abuelos (por ejemplo), nosotros mismos y reconocernos.

Anónimo dijo...

Precioso.Menuda noticia.

Anónimo dijo...

Ellos se lo han buscado,el blog lo miraban 2 o 3 personas y ahora miles.

Tot dijo...

Cuando onomatopéyico dice "menuda noticia" algo está tramando, seguro...

Me alegro que os gustara.

y Anónimo, ¿quienes son ellos? ¿quien se ha buscado qué?

Anónimo dijo...

Leyendo la historia de tu familia no he podido evitar emocionarme. Quizás esté en un momento en el que tengo la sensibilidad a flor de piel, sobre todo con lo que respecta al tema "familia". Hace poco que he sido madre y nunca imaginé que se pudiera sentir algo tan especial. Espero transmitirle a mi pequeña cosas buenas y espero también,que si en el futuro piensa en mí lo haga desde el mimo sincero y profundo respeto y cariño que acabas de transmitir tú hacia tu abuelo.
Yo perdí al mio hace ahora casi un año. Y fue el detonante para que mi familia materna terminara de derrumbarse. Era consicente de que las cosas no marchaban, más bien de que "yo no marchaba ya en su tren".Y sé también que la decisión fue casi al completo mía.
A veces ser coherente con tus principios tiene un precio alto. Y como toda decisión difícil, no puedo evitar cuestionarme si me he equivocado (y es que en el fondo los echo de menos...)
Intentaré recordar lo bueno que aprendí de ellos y sobre todo seguiré disfrutando de "mi familia".

Anónimo dijo...

Encantador, sincero, mágico...
Gracias por un relato como este, de verdad.
Te acabo de descubrir y ya te echo de menos.