O he estado muerta... y no me he dado cuenta... o Caronte, maestro y compañero, se ha vuelto más flexible y pasea, en esa barca inestable, pero inestimable, a los vivos que buscamos, respuestas en los segundos, en los minutos, en las horas transcurridas y en los intentos fallidos...
Estoy de vuelta, me parece, aunque aun traigo en mi retina lo visto en este extraño (y gratuito) viaje...
He visto cobardes... He visto gente gris, que no soporta el color ajeno... He visto gente con el don del amor incondicional, del que reniegan.. del que reniegan tanto que convierten, los aciertos, en venenos y en trampas... He visto envidia... y muy malas intenciones, a veces gratuitas, pero otras como medio a la propia alegría sustentada en el dolor ajeno... He visto la gratificación en el dolor del otro, y he visto el maltrato. He visto el silencio injustificado, y el desprecio. He visto el insulto provocado por el miedo, y como ese insulto ha silenciado a quien tiene mucho que decir...
Y Caronte, que no hace nada gratis, y que no transporta a vivos, me ha dado un paseo en esta barca inestable, pero inestimable, abriéndome los ojos, haciéndome un regalo tan doloroso como grande, y es el de avisarme de que las cosas no son siempre lo que parecen ... y que siempre, que siempre es lo mismo... que las aguas son las mismas para unos, y para otros... pero que el mundo cambia, tajantemente, sea cual sea la orilla a la que nos aproximemos... en la que decidamos apearnos...
En realidad, no estamos tan lejos, unos de otros... mirémonos...a nosotros mismos...
Odi et amo. quare id faciam, fortasse requiris.
nescio, sed fieri sentio et excrucior.
(Catulo, LXXXV, S.I a.C.)
(Catulo, LXXXV, S.I a.C.)
Odio y amo. Por qué lo hago, quizás preguntes.
No lo sé, pero siento que ocurre y me atormento.
(el mágico y majestuoso cuadro, de Patinir, está en estos momentos, en el Prado, aquí, en Madrid...)
12 comentarios:
De un día para otro el frío lo ha tomado todo.Como si la propia temperatura fuese un sónar que te advierte que hoy es un buena ocasión para comenzar,quieres subirte al susurro del viento que hace las horas.Sabes que tienes que olvidarte de esas botellas rojas que tanto tiempo han volado en tus espaldas.Eres el último de todos.Desde la cubierta ves al resto ordenando todo,muy serios,casi tristes,previendo lo que espera.Tienes una manta en el respaldo de la silla y otra sobre tus piernas.Ves ponerse el sol.Será la última vez,después de medio año,pero sólo lo sabes tú.Te ha quedado claro al regresar de esa inmersión.Cuando,como todos los días,has jugado al juego de contemplar las olas que eleva nuestra ligera casa que flota.Cuando has encontrado el vacío más inmenso,en vez de esas oscuras piernas,ningún atardecer superadas por el agua levantada más arriba de sus rodillas.Y no ha habido nada.Ni miradas,ni saludos,ni manos levantadas.Lo que tarde tras tarde fue el milagro de la repetición,del visto bueno del mayor de los órdenes,hoy ha desaparecido.Ya no podrás comprobar cómo la ola que se abre paso a tu derecha en esta alta ventana,ha tocado el cuerpo de ese barbudo hombre delgado,sólo hasta lo más alto de su tibia. Igual que cuando entras a una librería en Diciembre y notas que, en ese momento, también te acompaña el calor.Y en vez de empezar a ojear,decides realizar una llamada a alguien con quien no hablas desde hace mucho tiempo.Te aprovechas de la fuerza de las hojas para reanudar una relación interrumpida Y todo sigue su curso,que sientes entonces como un certero escrito.Igual que el primer día de frío en la ciudad,coges ese cuaderno de tapas azules,lo abres,notas molestias en la garganta y sabes que es hora de comenzar.No sabes qué va a pasar,pero tienes claro que dentro de tu carne se ha desencadenado una lucha entre las negras nubes que aparecen siempre que debes dejar algo atrás, y el propio miedo a verte envuelto en esas nubes.Pero,a la vez,miedo a enfrentar unos nuevos días para los que aún no tienes el acogedor ruido del ritmo.Miras a uno y otro lado,como cuando un par de libros han llamado tu atención y los miras una y otra vez.Ves sus portadas,los abres,echas un vistazo al índice,vas a la fecha de publicación,lees un poco.Primero con uno y luego con otro.Y no quieres equivocarte,no quieres dejarlo pasar,que,luego,igual te resulta imposible encontrarlo,o,cuando lo encuentras,ya no es el momento.Tampoco quieres dejarte llevar por la emoción de quien ha encontrado un tesoro que no hay en ningún lugar más.Acabas de hablar por teléfono,como si hubieras hecho la última llamada,que avisa a todos los que tienes que avisar de tu posición en el mapa de los ánimos,en el mapa de los polos.Y andas,dejas pasar el tiempo,y ,cuando tomas la decisión ,sientes que los números de los relojes,los mismos de la temperatura,se mueven al ritmo que tú.Sabes que llevas la guerra en una bolsa a la que sólo hay que prestar atención.Estás navegando,detrás de todo,sentado en el barco,con tu cuaderno azul,con esos gansos sobre el río y dos orillas llenas de gente.Piensas que el río te invita a deshacerte de lo que sea preciso,que hay tantas cosas que hacer,que va a ser la última vez que te bajes en esa orilla...y te ves en el mundo,y entonces ves la curvada aleta de un delfín,tan rápida e inesperadamente,que no sabrás si fue cierto,una vez tengas apoyado tu primer pie en la orilla.
Vaya Anónimo... se nota que tu también has viajado en esa barca... y durante un intenso tiempo...
en el amor no hay polos
¿Donde has visto el amor, por aquí?... Ayúdame a encontrarme, pues...
El amor está aquí,no en las nubes,ni en el río,ni en ninguna de las orillas,ni en los frutos ni en las flores,ni en el aire que respiramos.No está en tu cabeza atormentada,ni en tus deseos,ni en la materia,ni en tu exacto corazón.Está en todos los sitios y tú vienes de todos los sitios.¿Dónde va el agua de la tormenta provocada por el choque de partículas de carga lo suficientemente dispar?¿Y el rayo?
¿Y el primer pez que escapó para salvarse moviendo sus aletas, cuando los árboles le dieron sombra y humedad para poder cambiar?
Si has sido capaz de regresar cruzando el lago en el que el fuego subsiste,si has venido aquí para contárnoslo,si vences al dolor del odio profundo,si vas y vienes,tú sabes lo que es el amor.El amor eres tú,recuérdalo,como bebes un vaso de agua cuando tienes sed.No olvides que serás una afortunada si tú quieres,no te dejes llevar por quien no mira a los pájaros,que el brillo de las cosas sale de cada par de ojos.Y aunque requiera oscuridad,como un película en una sala de cine,tú sabes que todo acaba terminándose.Creo que te encontrarás cuando aceptes la oscuridad como parte de todo,cuando aceptes las tinieblas de los demás,que son tus tinieblas.
Gracias Rojo.
Lo que me dices, lo intuía...
Ahora veo mejor.
A veces parece que tú misma te contestas,que haces los comentarios a las preguntas que dejas en el aire y que entran por nuestras ventanas sacudiéndonos.
Que nos das los carros de los navegantes que, dotados con alas de lino, surcan errantes el mar en busca de nuestra memoria.
Por favor, necesito saber quien es el primer anónimo... Lo necesito saber..
te vale el nombre?
Me vale...
mi nombre es 0nomattopéyico.
Me das miedo.
Al final vas a echar a todo el mundo de este blog...
Feliz Cumpleaños, por cierto..
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