lunes, diciembre 18, 2006

PASEANDO POR LAS NUBES....


Y mira que me lo decía Jon, ese que sabe tanto de tantas cosas....y me hablaba de los zapatos de plomo, y yo le refutaba, y le decía que eso no servía para nada... que hay que volar, le decía yo, que hay que ver que hay por ahí arriba.... y me seguía hablando de los zapatos de plomo, y yo le decía que no, que había colores maravillosos allá por las nubes y él que si, que zapatos de plomo que si, que a él le servían, y que le servían mucho...

Así que hoy me encuentro escribiendo para reconocer que tenía razón, que yo mañana sin falta me consigo unos, de esos de plomo, de esos que te atan a la tierra y que me dejo ya de nubes y de paseos por las nubes, que eso queda bonito para una película, o para poner de título a algun libro de esos romanticones, pero que la vida real es otra cosa, que en la vida real caerse desde las alturas puede ser bien malo... que lo sé, porque hace bien poco que me he caído de cabeza, que llevo menudo chichón, y que me duelen los huesos del golpe... Que Jon, que es una de las personas mas inteligentes que conozco, reinvidica los zapatos de plomo... Que son bien feos, le digo... que no hay nada mas bonito que un paseo por las nubes, y si es en buena compañía mejor... pero hasta hoy, no tenía yo muy claro los peligros de ese tipo de paseos llenos de ciegas ilusiones, de proyectos incondicionales y de todo tipo de espejismos, porque resulta que las nubes son espejismos... que las ves, que pareces que las puedes tocar, pero que son nada.... El Escritor del Avión lo sabe, claro que lo sabe, porque estaba tan segura que las nubes no eran nubes si no que eran nieves, que casi le hago creer que nos estrellábamos allá en los Andes...

Que si, que si, que hoy he aprendido una lección... que los paseos por las nubes solo podemos hacerlos desde el colchón, para como mucho, caer de la cama al suelo, que no de las nubes al cemento...

Duele mucho, de verdad que duele mucho...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que te ha pasado? Que tu renuncies a las Nubes es muy grave, Tot. Sea lo que sea lo que ha pasado no creo que te valga la pena renunciar a ello.

Anónimo dijo...

Duele mucho, es bien cierto. Pero aún así vale la pena 'nubear', SIEMPRE vale la pena.
Ahora intenta que ese chichón se cure bien pronto, y ni se te ocurra comprarte esos zapatos-horrendos-de-plomo. Quizás con que de vez en cuando les añadiéramos un poquito de peso a los que ya tenemos, nos bastaría (y hablo en primerísima persona, ya que siempre intento encontrar el equilibrio en todo pero me cuesta horrores...)
Cuídate mucho, que tú eres 'mu' maja!!
Un beso. Manoli

Anónimo dijo...

las nubes son agua,que es agua gracias a las nubes.lo que pasa es que no les duelen los chichones al caer,porque acaban juntándose siempre,en el cielo y en la tierra,y están dispuestas a subir de nuevo,les encanta,no pueden estarse quietas.o sea,que tenías razón,era nieve aquellas nubes,sólo que los pilotos lo sabían.menudo viaje que le diste al escritor!qué envidia!

Anónimo dijo...

ES LO QUE TIENE

Con pies de plomo

SANTIAGO RIESCO

Resulta pesado y cansado andar con pies de plomo. Mucho más cuando se trata de una vida caminada con este calzado incómodo que te lastra e impide dar, de vez en vez, una carrerita que te ayude a eliminar toxinas y oxigenar los pulmones.
“Ándate con pies de plomo en este asunto” me recuerda uno de mis jefes con su proverbial pesimismo y su resquemor cultivado en el vivero de las desilusiones. “Paso corto, vista al frente y mala leche” sentencia mi padre parafraseando la vieja consigna atribuida al Marqués de Ahumada, o a alguno de sus sucesores mostachudos y tricorneados. Da lo mismo.
El caso es que siento cómo mi vida es un andar con tiento, un cuidado permanente, una alerta constante, un sinvivir respirando flojito, un temor continuo para evitar que nadie se sienta molesto. Y eso para un periodista que sabe mucho más de lo que puede o le dejan contar es un auténtico suplicio. Una tortura, una ascesis inmisericorde que te aflige y te constriñe con agudas punzadas de impotencia. Porque saber que un tipo es un auténtico hijoputa y no poder contarlo, ni siquiera teniendo pruebas contundentes que lo acrediten… eso es casi tan duro como quedarte sin trabajo por haber hecho bien tu trabajo. Y ahí está el quid de la cuestión. La ética entra en conflicto con la hipoteca, los valores que tantas veces he defendido echan un pulso a cara de perro con la nómina mensual, la verdad se pudre en el silencio mientras aprietas los puños con rabia y sientes la sangre espesa, caliente, derramarse por tus muñecas. Y no notas cómo las uñas van entrando en la carne porque es tanto el dolor de tu alma que la anestesia sería una redundancia.
Mi jefe y mi padre saben más por viejos que por el parentesco que nos une. Están curtidos en mil batallas y se han tenido que tragar más de un sapo para sobrevivir. Saben controlar su ímpetu, son capaces de esperar su momento, la paciencia les ha proporcionado un aceptable nivel de felicidad. Mi padre y mi jefe envainaron su orgullo antes de que el hijoputa de turno les atravesase el corazón con su acero frío, con el hierro implacable del despido amargo y sin explicaciones.
Y en estas ando. A vueltas con la ética, echando cuentas con la hipoteca. Tomando tilas, tratando de olvidar, curándome las heridas y recorriendo las zapaterías de medio mundo para comprarme esas putas prótesis de plomo que prolonguen mi vida laboral. Y al que me hable de dignidad, de libertad de expresión y de hacer honor a la verdad, que se aleje unos pasos. Sus genitales no soportarían una patada con mis nuevos y acerados pies de plomo.

Anónimo dijo...

No merece la pena pasarse a los zapatos de plomo, ya que si bien te impediran subir a las nubes para luego caer, tambíén te haran el normal caminar más pesado. Evitar los chichones a cambio de los vuelos; es quedarse sin nada.
El desengaño se da por una esperanza, un deseo, tal vez una idealización no cumplida. Mantén la mirada clara, espera poco y da lo que sientas que quieres dar. Y cuidate.

Anónimo dijo...

Era un mar de nubes. El mar de nubes más hermoso que había en ese momento sobre la tierra. El Aconcagua a la derecha, los ojos del salado a la izquieda... Compartir el sueño con la clorofila brillante de las araucarias. Viaje al confín último de la tierra. Las azafatas de Lan pisotean las gafas a todos aquellos que padecen "el mal de bajura" Bajo las nubes, hasta los astros se hielan. Esta noche el laberinto se disfraza de serpiente... El plomo ensordece la melodía de las uñas. La isla se quiebra... Ánimos y nuevas siembras...

Tot dijo...

Gracias a todo/as por vuestros consejos... Definitivamente, no a los zapatos de plomo, son muy incómodos... Un beso muy fuerte

Anónimo dijo...

... sólo quería desearte unas felices fiestas y darte una idea por si no sabes qué pedirle a los Reyes Magos: unas alas para volar más alto y un colchón blandito de plumas para aterrizar ;-P