viernes, octubre 03, 2008

VERDE




Si ayer hablábamos de mariposas gigantes hoy quiero hablar de pájaros pequeños... de pájaros verdes, de pájaros hermosos, vistosos y de una fortaleza excepcional...


Del colibrí.

Hasta no hace mucho, pensar en ellos me recordaba a mi adorado Sascha... aunque me parece que a él le recordaban a mí... por un no se qué de no parar de mover las alas... y así el universo ha querido que precisamente por pararlas, mi vida se sienta rodeada de estos maravillosos pajarillos.

Los colibríes se alimentan principalmente de néctar de flores para obtener las calorías que les permiten volar; las proteínas las obtienen de pequeños insectos. Esta alimentación, rica en energía por ser de azúcares simples, es la que posibilita su estilo de vuelo altamente exigente. Los colibríes son atraídos especialmente por las flores de color rojo o naranja brillante.

Un colibrí no se detiene nunca... Sus alas no paran nunca... ni para alimentarse ni para alimentar a sus crías... Digo yo que se detendrá para dormir (¿duermen los pájaros?¿cómo lo hacen?) Es que, incluso el acoplamiento lo realizan en pleno vuelo...
Para conquistar a la hembra realiza todo tipo de piruetas y giros extravagantes... cuanto más loco, más éxito...

Después, abandona a la hembra... por la búsqueda de otra...

Es un pájaro que habita en toda América, principalmente en el centro... siendo en México un importante símbolo... para ellos, cuando moría un guerrero se reencarnaba en colibrí (los japoneses piensan lo mismo con respecto a las mariposas... interesante, mmm....) lo que en un país violento por definición el que un guerrero se reencarne en un pájaro tan pequeño y a la vista inofensivo, no deja de ser bastante aclaratorio del poder de este animal...

Es el único pájaro que vuela hacia atrás... que vuela mientras come... Es silencioso y capaz de moverse en todas las direcciones...

... Esta es otra de las cosas maravillosas que me traigo en la retina... y es que, si para algo me han servido estos días de total desconexión, ha sido para reconciliarme con lo sencillo. Para sorprenderme con lo natural, con lo auténtico y con lo puro...

.. Ni la belleza de la Morpho, ni la perfección a mínima escala del colibrí, presentan artificios... Son lo que son. Y en ese ser lo que son se encargan de sobrevivir por medio de las flores (esas que Ángel, el bri-brí me decía que eran tan importantes y me regalaba cada día una de un color distinto...) y del néctar de las flores...

Hay en estos post una extraña porpoción, puesto que hablo, literalmente, de mariposas que son mas grandes que los pájaros...

Pero es que esa extraña proporción también aparece entre nuestros congéneres, entre los que también hay machos que nunca paran, que a lo mejor no realizan el acoplamiento durante el vuelo, pero que si camelan a la dama por medio de todo tipo de saltos mortales y triple tirabuzón... Entre nosotros hay personajes que no paran nunca, que gustan de las flores, y de néctar de las flores... que a pesar de un físico desfavorable (en analogía al pequeño tamaño de estos pájaros...) corren largas distancias y realizan gestas increíbles...

... Olvidemos por tanto nuestros artificios... nuestras complicaciones alienantes, la desgana, el blanco y negro... y salgamos allí, a volar y a extender nuestros colores...

... Claro que corremos riesgos mostrándonos de esas manera... pero también obtenemos muchísimo... Yo misma pienso que cuanto más arriesgo, más aprendo..

2 comentarios:

Avatar Psicólogos dijo...

Hoy no tengo tiempo, pero estoy deseando leer el verde...

Anónimo dijo...

Y no me ha defraudado eso que estaba deseando leer, aunque en estos días me siento un poco triste, como un colibrí que en un aspecto de su vida no puede dejar de mover las alas, que hace piruetas para luego marcharse. Y me pregunto si he de dejar de hacer piruetas y prevenir o cambiar algo dentro que no acabo de encontrar antes de arriesgarme (y sobre todo arriesgar a otros) en mis aventuras. Quizá los cuentos de hadas no se hayan hecho para todos y algunos estemos destinados a no poder parar nunca, pese a las hermosas flores que nos encontremos en el camino... Ya se sabe que a veces el no parar bloquea y otras el estar parado te hace recorrer kilometros y yo ya no se si paro o si corro, si bloqueo o avanzo pero no me siento de ninguna manera de color verde, de ese que una vez irradiaban mis ojos.