domingo, octubre 19, 2008

RECOMIENDO...


Después de ir y venir y antes de seguir yendo y viniendo (estoy en una de esas épocas en que más que psicóloga parezco comercial....) entre cursos, tareas varias, concentraciones, trabajos varios y encuentros y desencuentros, o, quizás "o", precisamente por ello, para no gastar las alas recomiendo:

Por supuesto el último de Auster, que ya hablamos de él un poco más abajo. La crítica lo pone muy bien... bueno, pues si, a mi me ha gustado, y después de Viajes en el Scriptorum que tanto me desencantó (y creo que al propio Auster), Un Hombre En la Oscuridad me ha recordado al Auster de antes... un poquito al de El País de las últimas cosas, que tanto me impresionó en su momento, aunque sin llegar a ese pesimismo irreal.


Insisto en que al menos hay que haber leído un librito de Murakami. El que sea, pero creo que es uno de esos autores que con más o menos intensidad ha de asomarse en nuestras vidas (lo de la intensidad depende de nosotros, no del autor....). O te deja indiferente o te agarra... y eso hay que probarlo. A mi
After Dark me ha encantado (sin ser mi favorito)... Si. Me hubiera encantado pasar por ahí en esa noche en la que tantas cosas pasan, por dentro y por fuera de sus protagonistas... colarme en ese local de ensayo de jazz... Comprar algo en el 7-eleven... y tomarme un sandwich de atún al lado de Mari.
Siguiendo con japoneses la sorpresa fue
Un Grito de Amor desde el Centro del Mundo, de Kyoichi Katayama... El imán se activó al leer un nombre japonés, pero es que el título, solo el título, en su momento me pareció muy atractivo. Lo leí en un momento que aunque en una historia distante y distinta a la de los protagonistas, también yo andaba lanzando gritos de amor al centro de mi mundo.... que resulta que no era, ni centro, ni mundo y mucho menos el centro de mi mundo... pero esa es otra historia que ni es japonesa, ni está publicada. Quizás infantil, quizás no. Simple, a ratos. Extraordinario, otros. (Los dos libros anteriores me han despertado un sentimiento no habitual en mí: ambos tienen la misma traductora japonés-español... La envidio al imaginármela en la intimidad de su casa, de su despacho, descubriendo, traduciendo, matizando en nuestro idioma el mundo japonés....)

Para la mesilla me gustan los libros esos infinitos que son diccionarios o atlas, que leas por donde leas, no tienes que empezarlos necesariamente por el principio, si no por donde los abras. Y así ahora la mesilla se ha convertido en un Olimpo y en ella descansa
Mitología. Todos los relatos griegos, latinos y nórdicos. Aparece siempre algún detalle en esas historias, algunas tan manidas, que no solo me sorprende, si no que me regala respuestas...

Para aprender y emocionarte y decirte eso de "¿y yo de qué me quejo?"... para redescubrir la humildad como una virtud humana y no extraterrestre, recomiendo una historia verídica... Una historia de la que se han hecho películas y se ha escrito mucho... pero no sé por qué extraña razón, de todo lo que yo había leído del tema, esta es la historia que más me está llegando. Hablo de
La verdadera Historia del Hombre Elefante. Hace no mucho empecé un post que quedó en borrador acerca de lo que todos y cada uno de nosotros tenemos de Hombre Elefante... y del porqué tememos tanto a los hombres elefantes... Somos demasiado simples. A veces somos demasiado simples... y no digo que eso sea ni bueno ni malo.. pero en esa simpleza hipotecamos grandes momentos.

El que me queda (ya os contaré) es ese libro del que todo el mundo habla... Los Hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson, un joven autor sueco que justo falleció repentinamente días después de terminar la trilogía de la que Los Hombres... es el primer tomo. Creo que engancha tanto que en todos los demás países europeos se han publicado los tres tomos a la vez... aquí nos hacen esperar.

Os cuento.

1 comentario:

Avatar Psicólogos dijo...

Yo seguí tu recomendacion y empece uno de Haruki Murakami y la verdad es que me está encantando, hacía tiempo que no leía por puro placer (leer sobre psicología es placer pero tiene un matiz distinto, sobre todo en las lineas fluorescentes que empiezan a decorar sus páginas) y estoy encantado de haberlo hecho. Así que seguiré cogiendo recomendaciones.
Gracias