... He estado muy ocupada buscando la pluma... No tengo demasiado tiempo libre, pero el poco que he tenido, la he buscado desesperadamente...
Dos hospitales madrileños (uno psiquiátrico, otro una maternidad... y que lejos me siento de los dos... por cierto...), una habitación o dos o tres, en Madrid, un despacho.. y dos en esa misma ciudad... En dos maletas. En un hotel en Cartagena... En el interior de un coche que se llama Atila... En casa, por toda la casa... en el despacho de Zgz... quizás en Soria.... quizás en una Sala de Congresos en esta misma ciudad... incluso en una cafetería del centro...
Y nada.
Y por primera vez en mucho tiempo empiezo a sentir rabia. Pero una Rabia Atroz.
Eso es señal que el proceso de duelo ya ha empezado, pero también señal de que el tiempo tiene un ritmo concreto. Determinado. Un tic tac solo modificable por la fuerza del sentimiento, por la subjetiva percepción de lo vivido... pero inmodificable para el resto. Los viajes en el tiempo son productos de la ciencia ficción.... y es cuando tengo que recordarme que quizás he llevado Mayo demasiado lejos... que huyendo de los recuerdos quise acelerar lo inacelerable... y que cuando las cosas no se hacen bien, perdemos aquello que más nos gusta.
Plumas...
Paraguas...
Pañuelos...
Ilusiones...
e incluso Espejismos...
Quiero darle a la tecla Rewind. Solo por una vez....
... para tomar una cerveza....
... para taparme los oidos....
... para no aparcar mal en áquel báden....
... para ...
... para no despegarme de mi pluma...
... Voy y vuelvo, lo prometo...
2 comentarios:
erase rewind, qué temazo. Tot, lo bueno de no tener nosotros esa tecla, es que como alternativa le damos al play y antes o después aparece una pluma nueva, un paraguas nuevo, un pañuelo nuevo,...
Me ha encantado tu "rewind", supongo que porque me ha llegado muy adentro, supongo que porque lo he hecho algo mio. Aunque estoy de acuerdo con f.a. lo bueno de no poder hacer un rewind es que se nos abren miles de opciones cuando alguna se cierra. Y como las que hemos querido quedan siempre dentro pues cada día que pasa vamos llenando un poco más nuestra mochila de cosas, muchas bonitas, algunas mágicas y otras, las menos probablemente, feas. Pero incluso estas últimas hacen que las próximas sean más hermosas porque si nos mantenemos abiertos nos ofrecen el mejor regalo, el aprendizaje. Así, poco a poco, se va haciendo el camino hacia nuestros sueños. Deseo de corazón que los tuyos se cumplan y que las raices de lo que se va alimenten todo lo que está por venir.
Publicar un comentario