Me mandó un sms, como de costumbre.... "Me voy otra vez a Los Alpes, hay que aprovechar. A la vuelta cae esa cerveza...."
Con cuanta gente la conversación, o los eseemeseses son "Nos vemos" o "De la próxima semana no pasa..." y se nos olvida que la vida puede tener otros planes para nosotros....
Recibimos juntos el último verano, aquí al lado de casa... cenando un bocata y tomando unas cervezas. Puede que nada del otro mundo, pero fue una gran noche. Como tantas otras. Fue la persona que más me animó cuando me quedé sin Brasil, para que por fín, realizara mi sueño de viajar a la Isla... Me recibió a la vuelta, y entre trago y trago, seguimos arreglando el mundo...
Durante seis meses al año trabajaba en esta misma calle, así que a veces, antes de entrar, el ritual eran esos minutos... Cerveza; sin alcohol para él, con limón para mí. Y maíz.
Celebró el año nuevo en Los Alpes, como si ya Los Pirineos se le quedaran pequeños... Era un entusiasta del esquí de travesía y este invierno ha sido más fácil, esquiar allá, que aquí. El otro día regresó... a Los Alpes... y esta vez para quedarse...
La noticia me ha roto el alma. No me entra, no, no, no es posible... No me lo puedo creer, es imposible... Creo que todos, en nuestro carácter de seres vivos, de seres humanos, somos incompatibles con la Muerte. Pero estaréis de acuerdo, en que hay personas más llenas de vida. Más llenas de fuerza. Más llenas de todo... todavía, aún, más incompatibles si cabe con la muerte. Personas que llenan allá donde entran, que alumbran, que tienen electricidad, que son eso, pura fuerza....
Ese es, ese era, Eduardo. Una caída, un resbalón, un despiste, un accidente... que más da, ha acabado con esa fuerza. Con esa vida. Con Eduardo. Con un montón de ilusiones, de sueños. De proyectos. Con 32 años llenos de saber hacer... de saber vivir... Y los que nos quedamos solo podemos callar. Gritar de rabia, de dolor... Y en su honor, seguir viviendo.
Valorar lo que tenemos, relativizar lo que no tenemos... Respetar a la Montaña, respetarnos a nosotros mismos.... Exactamente como él hacía.
Y eso sí, Eduardo... Estés donde estés, te aseguro que me cobraré esa cerveza...
Por tí.
Buen Viaje, amigo...