sábado, abril 28, 2007

ESO QUE (DICEN) ES AMOR...






Es un sentimiento que cuando nos llega, nos mueve el piso... nos altera el ritmo cardíaco... nos afecta a la vista y al gusto
... y en general, a cualquiera de los cinco sentidos (¿o eran seis?)... Dicen que es lo mejor que nos puede pasar... pero que cuando se termina, se convierte en lo peor que nos podía haber pasado... Nos hace hacer cosas raras, o al menos, cosas de las que nunca nos imaginamos capaces... como escribir cosas cursis, prometer estrellas e incluso planetas y escribir cartas infinitas... En definitiva, que nos dispara la imaginación... Nos hace cuidarnos... querer estar más guapos, más guapas... y hace que no dejemos de sonreir... De hecho,para los que nos rodean que no comparten sentimiento (o están en los infiernos de su opuesto) nos convertimos en insoportables... Nos hace creer en cosas imposibles, y nos convierte en superheroes, ya que no vemos obstáculos... De hecho, como nos convierte en invulnerables (creemos... pobres de nosotros...) pensamos que podemos hasta teletransportamos... Alguien dijo que estar enamorado es correr por la nieve sin dejar huella... y es que es como si volásemos... nos sintiéramos etéreos... Repito: Capaces de cualquier odisea que tenga por destino nuestro enamorado/a...

O al menos eso creo... eso creo recordar, quiero decir...

El problema es cuando el hechizo desaparece. El problema es cuando esa otra persona se despide de ti... o te despide de su vida. Cuando estás solo, sola, después de una época compartiendo tu existencia con alguien de quien has estado (o incluso estás...) locamente enamorado, enamorada.... Los sentidos se ven afectados, por supuesto... a la vista le nacen unas gafas pesadas, con cristales de filtro oscuro.... El olfato se deteriora de tal manera que aniquila nuestro instinto mas animal... y somos incapaces de "oler" cualquier cosa positiva en nuestras vidas... el gusto se nos amarga y el oído se vuelve selectivo, escuchando solamente lo que refiere a nosotros, nosotras... de forma negativa... La piel se vuelve insensible, cerrando todo acceso al placer... No solo dejamos huella al caminar... si no que nos hundimos en la nieve de tal manera que las zancadas son plegarias... y no es que veamos obstáculos por doquier... si no que nuestra vida se ha convertido en el mayor de ellos...

Lo llaman Amor... Y lo segundo solo puede darse cuando se ha dado lo primero. Ya que si no, no es desamor...
Dicen que es lo mejor que nos puede pasar... y yo, que me considero valiente, estoy dispuesta a intentarlo con la persona correcta cuando sea el momento conveniente.... Me convertiré en la protagonista de este curioso show, el principal espectáculo de este circo humano en el que abro los ojos cada día....

3 comentarios:

Rapajic dijo...

Creo (y perdona que lo diga así) que como la mayoría de las personas estás confundiendo AMOR con enamoramiento, es de lo segundo de lo que nos has hablado, lo otro es diferente.

Tot dijo...

No, no te confundas... El enamoramiento es una pequeña parcela del amor... Perdón, del AMOR en mayúsculas... que es un concepto muy amplio y general... Yo hablo del Amor erótico, que no es lo mismo que "enamorarse"... aunque lo último forma parte de lo anterior.

Anónimo dijo...

Según la leyenda griega, Zeus, padre de los dioses del Olimpo, se enamoró un día de la hermosa ninfa cazadora Calisto, que vivía en los bosques de Arcadia. Presa de un intenso amor, Zeus sedujo a Calisto. Hera, la esposa de Zeus, estaba tan celosa de la ninfa, que la convirtió en oso.

Pasó el tiempo y cierto día Arkas, hijo de Calisto, que también era cazador, se topó con un oso en el bosque. El animal era nada menos que su madre, pero Arkas no lo sabía. Estaba a punto de dispararle una flecha cuando Zeus intervino para impedírselo y revelarle la verdad. A fin de que Calisto no volviera a tener encuentros peligrosos de esa naturaleza, Zeus la tomó de la cola y la lanzó hacia el cielo. Luego el padre de los dioses olímpicos transformó a Arkas en oso y lo puso también en el cielo para hacerle compañía a su madre. Arkas es hoy la constelación de la Osa Menor, y la punta de su cola es la estrella polar, guía de navegantes y viajeros desde tiempos antiguos.

Pero Hera no estaba conforme. Después de todo, con Calisto dando vueltas en el cielo eternamente, Zeus podía ver a su amor cuando se le antojara. Así que la diosa llamó a su hermano, Poseidón, dios del mar, y le hizo prometer jamás permitir que los osos celestes, Calisto y Arkas, se acercaran a sus dominios acuáticos. Por eso la Osa Mayor y la Osa Menor nunca se ponen...

Una leyenda india de Norteamérica explica por qué cambian de color en el otoño las hojas de los bosques del norte. Las tres estrellas de la cola de la osa representaba para estos indios a tres cazadores que iban en pos de un oso, representado por el cuenco de la cacerola. Todo el año dan vueltas y vueltas persiguiendo al oso, pero en el otoño, cuando se ve la constelación bajar hacia el horizonte al caer la noche, los cazadores le dan alcance a su presa. Entonces disparan sus flechas. Una de las flechas le da en el flanco y al manar la sangre del oso, pinta los árboles de color rojo intenso.