Aunque hace mucho que no encuentro un Hotel con una Biblia en el primer cajón de la mesilla, de vez en cuando, muy de vez en cuando, reconozco que descubro cosas bien interesantes releyéndola. No en vano, nuestra cultura se nutre de su herencia, y para bien o para mal, las historias que ahí se narran, son parte de nuestra historia...
Y escribo esto con una especie de sentimiento que no me atrevo a llamar religioso pero que se le parece... Y no es que haya visto a la Virgen, ni haya conocido a alguien protagonista de un milagro... O quizás si....
Había llegado a un punto, que incuso hace no mucho discutía con los magníficos Raúl y Diego, que el Altruismo no existe. Que nadie hace nada por nada.... Y por favor, no vayan a creer que esto es pesimismo vital o decepción humana... Si pienso eso es porque siento qué, aun en las peores circunstancias, la gratificación de uno compensa todo el sacrificio del camino por ayudar a los demás...
Y esto engancha con que he conocido al auténtico Noé del siglo XXI. En una sociedad en la que las mascotas se han convertido en complementos, que bien se cambian, o se abandonan, conocer a alguien como él, me reconforta con mi especie, y por supuesto, me hace casi casi querer tocar con las rodillas el suelo y quitarme ese sombrero que no llevo. Pero no obstante, me dejo de decimononicamemeces y le echo una mano, o dos, o tres, ya que eso, a él, le sirve de bastante más...
Han caído en Zgz las lluvias mas atroces de los últimos años. El Ebro se ha desbordado, y aunque lo ha hecho pausadamente, se ha llevado por delante multitud de campos y terrenos, ha provocado accidentes, y algo que nadie sabe: Un éxodo animal.
No diremos el nombre de Noé, pero si diremos que desde hace años, este hombre, de forma totalmente altruista, recoje todo animal abandonado o maltratado que encuentra. En un terreno de su propiedad les alimenta, les limpia, y les cuida.... Así hasta llegar casi al centenar de animales. Todos censados (en esta sociedad tienes la obligación de censar a tu mascota, pero si muere no hay cementarios... y si hay inundaciones, nadie ayuda a nadie...) y todos vacunados. Los enfermos en tratamiento. Las madres cuidan a sus crías en casetas y poco a poco, quien conoce la historia y el lugar, decide aportar aquello que sea suficiente.
El Diluvio de los últimos días ha anegado absolutamente todo el terreno. Lo que hizo fue, montar en su caballo, soltar a los perros, que cual Flautista de Hamelin siguieron hasta el pueblo. Un campesino le ofreció un terreno, y en estos momentos, ahí están los perros. Una protectora se ha hecho cargo de los enfermos y cachorros. Gente particular se ha llevado a otros a sus casas, de acogida. Y así, no se ha perdido un solo perro...
Y sentía la obligación moral de hablar de gente como Noé. Gente a la que se califica con adjetivos despreciativos, a la que se critica o se ignora. Tiene trazas de Quijote del Siglo XXI, lo reconozco, pero siempre he defendido que Don Quijote estaba cuerdo...
Y Noé tiene algo de ejemplaridad.
Y escribo esto con una especie de sentimiento que no me atrevo a llamar religioso pero que se le parece... Y no es que haya visto a la Virgen, ni haya conocido a alguien protagonista de un milagro... O quizás si....
Había llegado a un punto, que incuso hace no mucho discutía con los magníficos Raúl y Diego, que el Altruismo no existe. Que nadie hace nada por nada.... Y por favor, no vayan a creer que esto es pesimismo vital o decepción humana... Si pienso eso es porque siento qué, aun en las peores circunstancias, la gratificación de uno compensa todo el sacrificio del camino por ayudar a los demás...
Y esto engancha con que he conocido al auténtico Noé del siglo XXI. En una sociedad en la que las mascotas se han convertido en complementos, que bien se cambian, o se abandonan, conocer a alguien como él, me reconforta con mi especie, y por supuesto, me hace casi casi querer tocar con las rodillas el suelo y quitarme ese sombrero que no llevo. Pero no obstante, me dejo de decimononicamemeces y le echo una mano, o dos, o tres, ya que eso, a él, le sirve de bastante más...
Han caído en Zgz las lluvias mas atroces de los últimos años. El Ebro se ha desbordado, y aunque lo ha hecho pausadamente, se ha llevado por delante multitud de campos y terrenos, ha provocado accidentes, y algo que nadie sabe: Un éxodo animal.
No diremos el nombre de Noé, pero si diremos que desde hace años, este hombre, de forma totalmente altruista, recoje todo animal abandonado o maltratado que encuentra. En un terreno de su propiedad les alimenta, les limpia, y les cuida.... Así hasta llegar casi al centenar de animales. Todos censados (en esta sociedad tienes la obligación de censar a tu mascota, pero si muere no hay cementarios... y si hay inundaciones, nadie ayuda a nadie...) y todos vacunados. Los enfermos en tratamiento. Las madres cuidan a sus crías en casetas y poco a poco, quien conoce la historia y el lugar, decide aportar aquello que sea suficiente.
El Diluvio de los últimos días ha anegado absolutamente todo el terreno. Lo que hizo fue, montar en su caballo, soltar a los perros, que cual Flautista de Hamelin siguieron hasta el pueblo. Un campesino le ofreció un terreno, y en estos momentos, ahí están los perros. Una protectora se ha hecho cargo de los enfermos y cachorros. Gente particular se ha llevado a otros a sus casas, de acogida. Y así, no se ha perdido un solo perro...
Y sentía la obligación moral de hablar de gente como Noé. Gente a la que se califica con adjetivos despreciativos, a la que se critica o se ignora. Tiene trazas de Quijote del Siglo XXI, lo reconozco, pero siempre he defendido que Don Quijote estaba cuerdo...
Y Noé tiene algo de ejemplaridad.
2 comentarios:
He caído por casualidad en este blog, y estoy fascinado. Ya está en mis "Favoritos". Saludos.
Hola Josema, muchísimas gracias... por aquí nos gusta mucho esa palabra, la de fascinación... Gracias, y Bienvenido..
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