lunes, enero 28, 2008

LA CALMA...


No es que sea una egocéntrica (que imagino que como todos tengo mis momentos...) pero hay veces que me pesa tanto el alma que pienso, que a nada que haya media docena de personas a las que en ese mismo instante, en cualquier rincón del mundo, les pesase tanto el alma, la tierra temblaría.... (mira, así a lo tonto acabo de crear una nueva teoría metageológica de los temblores de tierra... la provocada por los cataclismos del alma...).

La evidencia en cambio es clara... No es que haya otras muchas personas a las que como a mi, de vez en cuando, nos pesa el alma (que tiré la primera piedra al que no le haya pasado nunca....) si no que hay muchísimas personas a las que el alma les pesa mas que la mía, y la tierra ahí sigue... Puede que con algunas pequeñas heriditas en la capa de ozono, en sus glaciares, en las lluvias que no llegan, o que llegan de repente... en los terremotos, los volcanes que esperan no sabemos qué... incluso los tsunamis de magnitud insospechada...

Y es así como reflexiono sobre la geología del cuerpo, de los cataclismos existenciales, de los tsunamis emocionales, de las sorpresas inesperadas (llamadas, cartas, anónimos....) que remueven el pasado como los terremotos, a las pasiones que de vez en cuando llegan a nuestras vidas y vivimos como auténticas explosiones volcánicas donde sexo y sobredosis emocionales nos dejan tocados durante unos días...

Y así, de repente... La Calma.

Pasa siempre... Después de la tormenta... la calma. Después del tsunami.. el mar que se mece tranquilo acariciando la orilla... Después del volcán... el humo, y después del humo, el calor... y después del calor... el orden después del desorden...

Y así, de repente... La Calma.

Así, de repente, integras todo lo vivido hasta el día de hoy...
Y así, de repente... te das cuenta de que puedes vivir en paz... sin rencores, con amores....
Y así, de repente... te das cuenta de que las cosas son más fáciles de lo que creías, aunque te pese el alma...
Y así, de repente... te das cuenta de que ya estás preparada para lo que significa ser adulto...

Así, de repente... La Calma.
... Esa calma que solo sentimos cuando tenemos la certeza de estar en el lugar correcto.. en el momento correcto... y con la persona correcta...

Lugar, momento y persona. He ahí la Santísima Trinidad...

3 comentarios:

Alejo dijo...

de alma pesada...la mía es un pluma...quizás por eso no hay tantos cataclismos...porque se compensaran los pesos...

slds

Anónimo dijo...

la insoportable gravedad del ser

Ingrid Dietrich dijo...

Precioso... Yo llevo demasiado tiempo solapando diversos cataclismos emocionales, es como si se sucediera una tras otra una de esas pelis de los 70 tan de moda con Charlton Heston, de terremotos, hundimientos, incendios, plagas etc... Y todo en mi 1,60. Y a veces no sé si el alma me pesa, ó en sí está fracturada en tantos pedazos que forma un mosaico que cualquier día se va a desintegrar, un alma joven que parece un desierto que en el precámbrico fuera un profundo océano... La paz nunca es pacífica, pero dentro del cataclismo siempre se intuye una renovación, un recomenzar, un Ave Fénix desde las cenizas...