PARENTESIS (LIBERADOR)

Tengo un compañero de trabajo bastante peculiar... y no por su afición a las grandes gestas (maratones y complicados triatlones...) si no por su forma de expresarte lo que piensa. Y lo que siente. Es un gran profesional. En la hora que a veces me queda libre en la comida, esa hora tan díficil para trabajar que es de dos y media a tres y media (que él si trabaja) me voy con él y con el susodicho que esté con él, bajo sus manos... y es que me encanta verle trabajar. Aunque se supone que él se ocupa del cuerpo y yo de la mente... en realidad, los dos sentimos que trabajamos en equipo. Pero esa es otra historia de la que hablaré otro día... Solo quería decir que tengo que aprender de los que se ponen en sus manos... que cuando se ponen a correr, vuelan, nos traen medallas de campeonatos importantes.... y todo, es, sin duda, porque le obedecen... Y yo, como buena aragonesa, cabezotica que soy... no le hago caso tan fácilmente... "Tienes que dormir, J"... "J, descansa"...."J, cógete unas vacaciones..." y J. para aquí J. para acá no escucha a su cuerpo hasta que éste grita y así, hoy, me he tenido que venir desde Madrid, con el rabo entre las piernas, con un catarrazo increíble... y de nuevo, afónica.... Pero esta vez he sabido hacerlo. Me he venido sin remordimientos (la madurez... la madurez está llegando....), y he disfrutado (entre kleenex, estornudos y un aislamiento forzado por esto de no poder hablar...) leyendo debajo de mil mantas, bebiendo zumos, y sin pensar... Al final del día, una reunióm a la que no he podido asistir, pero de la que me han llegado buenas noticias: desde hoy, y por los próximos veinticuatro años (si es que sigo viviendo aquí....) ya NO soy la Sra. Presidenta.... Eso, en este Patio de Vecinos, es, creedme... una gran liberación...
Y eso, hay que celebrarlo!

¿A quién se le ocurre qué?