Me ha dicho que quiere ser feliz. Me ha dicho que hace mucho que no se ilusiona, demasiado, por nada, pero que ha decidido no pensar tanto y sentir mas. Que se siente recién nacida. Que a veces, nos centramos tanto en lo que nos falta que no nos damos cuenta de lo que tenemos. Que todo es mejorable, pero también tremendamente empeorable. Me ha llamado por teléfono, a las ocho y media de la mañana para decirme que las cosas empezaban a tener otro color. Que había conocido a alguien, y que aunque su felicidad no podía (ni debía) depender de la de nadie pues que eso algo cambiaba las cosas. Que esa persona le había sonreído. Y que a ella le había hecho sonreir. Me ha dicho que siempre pueden pasar cosas. Cada día. Que tan solo hay que abrir puertas. Que a ella le pasó. Que abrió una puerta, pasó el umbral; estuvo allí un rato, y que cuando salió ya no era la misma. Que ultimamente sueña mucho por las noches, pero que le encanta. Que en casa sigue habiendo un solo cepillo de dientes, pero que ella está, ya, dispuesta a abrir sus puertas. Que quizás sea la luna, o quizás la primavera, pero que pesa menos. Me ha dicho también que se ha comprado flores, para ella. Y que se ha regalado un cuaderno, virgencito, justo como el resto de su vida. Me ha dicho que la felicidad no es una utopía. Que aquella época complicada ya pasó. Que ha sido duro. Que le echó mucho de menos, a él, que se fue sin despedirse. Claro, como se fue con otra no se acordó de despedirse. Que aquel dolor punzante ha desaparecido. Que las cosas no son fáciles; la vida, decía... pero que a veces es bien divertida. Que aquel vacio, que aquel rechazo no digerido, se habían esfumado. Y entonces lo ha dicho: Ha valido la pena. He crecido en todo esto. Con todo esto. Lo volvería a pasar solo por sentirme como me siento ahora. Fuerte. Me siento fuerte. He aprendido. Mucho. Ahora ya estoy lista para compartir lo que he aprendido. Que es verdad eso que me dices siempre, que la vida es hacia delante. Y que también tenías razón en otras muchas cosas... A veces me has dado envidia, siempre tan cabal... Pero creo que ahora ya he llegado al lugar que tu me mostrabas. Oye, que me llaman por la otra línea. Que nada. Que solo quería decirte que quiero ser feliz. Y que es cierto eso que me decías, que cuando algo se piensa, se siente y se desea, en realidad, se está creando.
Me he quedado en silencio. Otro día mas que me he quedado sin palabras...
El ser humano es, en realidad, tan previsible.... tan simple...
Que de tan simple es complicado... Pero muy, muy, muy complicado....
Me he quedado en silencio. Otro día mas que me he quedado sin palabras...
El ser humano es, en realidad, tan previsible.... tan simple...
Que de tan simple es complicado... Pero muy, muy, muy complicado....
1 comentario:
¡Cuánta sabiduría! Ojalá fuera más fácil para todos hacer una reflexión así y ser capaces de aprender y crecer con cada experiencia, por mucho que hayamos sufrido en y con ella.
Me quedo, a nivel personal, con lo de " a veces nos centramos tanto en lo que nos falta que no nos damos cuenta de lo que tenemos"...
y sobre todo con el sentimiento de que la felicidad no es algo inalcanzable...
Besicos de nuevo...
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