Ultimamente no he escrito porque he estado muy ocupada. Mucho. Como decía en el post anterior he estado muy ocupada abriendo puertas... o lo que es lo mismo, conociendo gente.
Gente interesante. Gente Fantástica. Y es gracias a ellos que me doy cuenta de que las personas somos, realmente, lugares. Decimos estoy con cuando deberíamos decir estoy en...
Somos lugares, más concretamente, hogares... Y es que las gentes, realmente somos como casas...
Las hay recogidas, de pocos metros, pero totalmente rotundas y acogedoras.... Las hay que solo podemos ver desde la calle, y otras que están siempre abiertas. Las hay presumiblemente inmensas, y otras laberínticas. Las hay preciosas, pero que te obligan a descalzarte y ponerte patucos para poder entrar... sin ensuciar.... Hay puertas que siempre están cerradas. Otras que tienen timbre, y otras con contraseña. Hay hogares con aparentemente todo a la vista, pero una vez entras, descubres importantes recovecos, rincones oscuros o puertas a las que nunca podrás acceder... Las hay con infinitas ventanas, llenas de luz natural... y otras que esconden su belleza, y su posibilidad de luz, con feas y tupidas cortinas...
Las hay con porche, donde a veces parece que es suficiente quedarse.... Y las hay con el ascensor directo al salón...
Las hay laberínticas, mientras que hay otras con previsible distribución... Igual que las hay rococós o minimalistas...
Las hay limpias y ordenadas. Otras, sin llegar al Diógenes, son un poco mas incómodas.
... Puede que sea cierto eso de que uno refleja sus virtudes (pero también carencias...) en si hogar. Relación que evidentemente también puede ser a la inversa.
Así que quizás, conviene que nos olvidemos de los espejos por un día, y miremos nuestro hogar. Quien sabe, si eso puede ayudarnos a conocernos un poquito más...
Yo, por si acaso, he hecho limpieza, he abierto las cortinas para dejar pasar el sol... Y estoy esperando. No se qué, quizás a que suene el timbre. Porque reconozco que esta casa es de las que tiene timbre... e incluso contraseña...
Gente interesante. Gente Fantástica. Y es gracias a ellos que me doy cuenta de que las personas somos, realmente, lugares. Decimos estoy con cuando deberíamos decir estoy en...
Somos lugares, más concretamente, hogares... Y es que las gentes, realmente somos como casas...
Las hay recogidas, de pocos metros, pero totalmente rotundas y acogedoras.... Las hay que solo podemos ver desde la calle, y otras que están siempre abiertas. Las hay presumiblemente inmensas, y otras laberínticas. Las hay preciosas, pero que te obligan a descalzarte y ponerte patucos para poder entrar... sin ensuciar.... Hay puertas que siempre están cerradas. Otras que tienen timbre, y otras con contraseña. Hay hogares con aparentemente todo a la vista, pero una vez entras, descubres importantes recovecos, rincones oscuros o puertas a las que nunca podrás acceder... Las hay con infinitas ventanas, llenas de luz natural... y otras que esconden su belleza, y su posibilidad de luz, con feas y tupidas cortinas...
Las hay con porche, donde a veces parece que es suficiente quedarse.... Y las hay con el ascensor directo al salón...
Las hay laberínticas, mientras que hay otras con previsible distribución... Igual que las hay rococós o minimalistas...
Las hay limpias y ordenadas. Otras, sin llegar al Diógenes, son un poco mas incómodas.
... Puede que sea cierto eso de que uno refleja sus virtudes (pero también carencias...) en si hogar. Relación que evidentemente también puede ser a la inversa.
Así que quizás, conviene que nos olvidemos de los espejos por un día, y miremos nuestro hogar. Quien sabe, si eso puede ayudarnos a conocernos un poquito más...
Yo, por si acaso, he hecho limpieza, he abierto las cortinas para dejar pasar el sol... Y estoy esperando. No se qué, quizás a que suene el timbre. Porque reconozco que esta casa es de las que tiene timbre... e incluso contraseña...
5 comentarios:
AAAGGG! A veces me pones nervioso, J. dices cosas tan evidentes que nunca se me hubieran ocurrido... Además, no se supone que después de un viaje estás muerta?¿De dónde te viene esa fuerza?
Estoy en La Hora Violeta.y la contraseña sólo la piden para dejarse ver.
no.antes sí.ahora es distinto.
Hola Guillermo... ¿Qué es distinto ahora? ... ¿Como están en Chile? ¿Se les va el verano, no?
El cuadro, precioso... me encanta como este pintor hace arquitectura... y como sutilmente se ríe de su cultura. Es uno de mis favoritos, gracias.
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