Y de repente como un sueño hecho realidad (y es que como canta Antony Dreams Come True...) me encontré hace hoy una semana cara a cara con este cuadro...
Un cuadro que todos hemos visto, que ya ha estado en este blog; un cuadro que mas o menos a todos nos ha hecho detenernos. O bien por ese color naranja, o por esa postura imposible pero cómoda y plácida, o por esa luz del atardecer... Un cuadro que en muchas ocasiones se atribuye por error a Alma Tadema, cuando en realidad es de Lord Leighton, un pintor prerrafaelita inglés, y que curiosamente, vive (el cuadro) en Puerto Rico.
Por cosas esas del arte, el flamante cuadro (Flaming June) está ahora en Madrid, en el Museo del Prado, hasta el 31 de Mayo.
Otra exposición que vale la pena es, sin duda, la del genial Max Ernst en la Fundación Mapfre. Es completamente diferente a la anterior, pero absolutamente genial para quienes somos amantes de los símbolos, las alegorías y el inconsciente. De eso se trata. Una exposición de collages o grabados tuneados, llenos de símbolos y de intenciones encubiertas. Son siete series, una por cada día de la semana, cada una con un tema central.. Aunque fue un destacado pintor surrealista su formación era la de filósofo y psiquiatra. Quizás por eso solo él pudo hacer por sacar a Leonora Carrington (de quien hemos puesto muchísimos cuadros en este blog) del psiquiátrico cántabro en el que estuvo ingresada allá por los años cuarenta, a quien llevó a México pasando por Lisboa, esa ciudad de la que me he enamorado recientemente y donde conoció (ya en México) , entre otras, a Georgia O´Keefe o Frida Kahlo (como veis, todas muy relacionadas con esta espiral sin nombre....)
La verdad es que me resulta fascinante como todo parece relacionado. Me encanta cuando descubro nexos de unión entre las personas o personajes que individualmente me fascinaron... como cuando encontré la correspondencia entre Hesse y Jung, o el mismo Hesse y Zweig... o te enteras que dos de tus pintoras favoritas fueron amantes, o que todos leían vorazmente a este que tu lees... Todo eso hace que a pesar del desarraigo que sientes te sientas un poco parte de algo... y aunque al final todos seamos marionetas no deja de ser divertido que todos, absolutamente todos, los pintores, escritores, escultores, anónimos y demás hayamos pasado por el mismo sitio: la vida.
Aunque este juego también provoque cierta inquietud y haga que la chica del vestido naranja se mueva, abra los ojos, y diga, eh!! que yo no quiero perdérmelo!!
1 comentario:
muy interesante y bien realizado , tu blog, me agrada la gràfica,
de este post no logro llegar a relacionar todos los autores y artistas que mencionas, si te viene inspiraciòn vuelve con otro post sobre este asunto.
saludos
Blas
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