lunes, mayo 18, 2009

CHAU, MARIO...



Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el proposito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas . Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro yo.

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Querido Mario.... recibo la noticia de que acabas de marcharte, a la Luz, con tu Luz.. 
Nos diste todo y en tu generosidad no te llevas nada.
O quizás te lo llevas todo...
Aun no sabemos.
Hay personas que nunca deberían morir...
Idea te espera en el cielo Uruguayo...
Anda, mándanos una señal de que has llegado bien... 
(Foto: El País)

3 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

Mario seguirá en cada uno de sus versos recordándonos la denuncia y anunciando el amor. Es imprescindible en una espiral con nombre.

Anónimo dijo...

"Cuando llegue el momento de ser nadie, el mundo seguirá y no lo veremos [...]lo cierto es que no somos dueños de este cuerpo, tan sólo lo alquilamos, hasta que llega el óbito y nos da desalojo. Y entonces ser nadie es bastante menos que ser poco"

VIVIR ADREDE (2007)
BENEDETTI

Shidermo dijo...

Mis respetos a un maestro