Hay días en los que uno siente que vive en un estado de disociación total y absoluto...
Bueno, en realidad podemos pasarnos rachas así, con el raciocionio a tope por un lado y el sentimiento desbocado por otro... como si fueran partes diferentes de personas diferentes y no solamente un hemisferio derecho y uno izquierdo...
Decía que podíamos pasar rachas así, porque realmente uno no se da cuenta de estas cosas... No hasta que no es un poco tarde... No al menos hasta que las emociones que no escuchamos, esas desbocadas, te apabullan...
Yo hoy he tenido un día de esos. Un día de conciencias tan dolorosas como tardías. Un día extraño lleno de despropósitos donde las buenas intenciones se han convertido en malas interpretaciones, un día lleno de accidentes tontos de esos que (al menos a mí) te obligan a pararte y preguntarte: ¿Lo estoy haciendo bien? o en su defecto ¿Qué estoy haciendo (tan) mal? Un día de esos donde aparentemente todo está controladísimo, pero donde tu emoción pende de un hilo.
Si, hoy mi emoción pendía de un hilo. En concreto del hilo de un vaquero nuevo que se me ha roto descaradamente al sentarme en una silla. En realidad no se me ha roto el hilo, se ha roto, majestuosamente dejando mi glúteo al aire, el pantalón...
Y por esa tontería: indefensión... Y por ese agujero parece que se me han querido escapar un torbellino de emociones, de tensiones, de dudas, que, sinceramente, no sabía donde estaban...
Pero que, afortunadamente, ya se donde están... Ya no puedo hacerme la sorda. La ciega. La muda. Ya puedo, y debo, desahogarlas...
Si, hoy es uno de esos días donde una apaga el teléfono... que seguro que al contestar meto la pata... No pienso escribir un mail mas... que se malinterpretan... Menos mal que no he cogido el coche, porque hoy era uno de esos días donde me hubieran puesto multa... La declaración de la renta ya la haré mas adelante... Mejor no me como las cerezas que lo mismo me trago un hueso y me ahogo... Estaba pensando irme a dormir, pero llueve a raudales y lo mismo me cae un rayo, que la cama está al lado de la ventana...
Un día gafe, feo, donde los riesgos cotidianos multiplican las indefensiones a las que, el ser humano, es tendente....
!!Ay, de verdad... pero que ganas tengo de que pase un tiempo! uff!!
2 comentarios:
hace poco que te sigo y no sé de que manera llegué a tu blog,;imagino que buscando alguna foto y dando alguna voltereta por diversas páginas.Podría decir que te admiro, pero casi sería excesivo. Lo que sí es cierto es que me encanta cómo sientes, cómo sientes la vida y encima no te importa dejarlo por escrito de manera abierta a cualquier desconocid@. Sí, hay días que..
Por casualidad he llegado hasta tu blog y me ha gustado lo que he leido.
De esos días creo que más de uno ya he tenido. Decirte que pasan no es un consuelo. Lo importante es que no dejen huella.
Un saludo
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