viernes, marzo 21, 2008

HOTELES


Después de Valencia, de San Sebastian... otra vez de Valencia... otra vez San Sebastian... os escribo desde un Hotel con vistas al Mediterráneo, aquí, en la Manga... No estoy de ocio... aun no han llegado mis mini vacaciones (que están cerquica... por fín..) pero una trata de buscar sus momentos de ocio en el negocio para poder ordenar ideas, sentimientos... o algo tan simple como las cosas que pasan...

Así, desde la impersonalidad de la habitación de un hotel, paradojas de la vida, soy consciente de la personalidad tan marcada de mi transcurrir... precisamente de mi transcurrir en este momento actual... Ya que es aquí, en este hotel impersonal de un pueblo impersonal, rodeada de anónimos, que leo, releo y vuelvo a releer una carta recién recibida que siento entraña entre sus palabras una incertidumbre tan, pero tan absoluta que esconde el poder de, el día que se resuelva, cambiar el ritmo de mi vida.

Quizás para algunos sean muy crípticas mis palabras... para otros laberínticas... para alguien transparentes como el agua que nos separa... pero tan solo quiero compartir que es en los desiertos, unicamente en los desiertos, donde los oasis se convierten en oasis... precisamente en oasis... y mostrar que donde uno menos se lo esperan... sobretodo si es cerca del mar, llegan botellas con mensajes que son llaves y llaves que abren puertas a ese lugar tan lejano que a veces nos resulta el futuro...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tranquila...

Anónimo dijo...

Mmm, no sé que es más críptico; si tu post o ese comentario de Tranquila...

¿Tranquila? ¿Qué estás planeando, Tot?

El pasajero dijo...

Cualquier sitio solitario puede ser bueno para escucharse uno mismo...

Anónimo dijo...

Encontrarte en pequeños charquitos...
..no es lo mismo..
..que hacerlo en tus antiguos rios..
..pero si es saberte..

..no dejes de echar piedrecitas..
..eh?

Avatar Psicólogos dijo...

Da igual donde me encuentre Tot, y las experiencias que este teniendo, leerte siempre es un regalo, una leccion, una oportunidad para el movimiento, algo a lo que no puedes llegar tarde porque siempre es el momento.