martes, septiembre 04, 2007

MAS PUNTOS SUSPENSIVOS...


Y desde ese sábado en el que yo me preguntaba si los japoneses leen a Borges hasta hoy me ha dado tiempo de perderme por Namba y Dotombori, de volverme loca en uno de los miles locales de Pachinko, en encontrarme con mi madre en Osaka, en conocer a un curioso norteamericano y a todos sus hermanastros, uno de ellos atleta... en conocer a un saltador de altura sueco que precisamente por ser "bajito" nos hace vibrar a todos, en desfilar en una clausura y poder darle un abrazo al hombre más guapo del planeta, que encima es medio japonés y lanza martillo... en comprarme unas zapatillas rojas con flores de colores, en bailar en una fiesta con Frederics, que lleva gafitas y sonríe tímido... en perderme por Dotombori un domingo por la noche y estar de fiesta en un garito surrealista con un grupo de periodistas franceses, un jefe de una importantísima marca deportiva que vive en Estraburgo que propone París como la mejor ciudad para nuestros (hipotéticos) encuentros clandestinos, y hablar harto con unas chicas colombianas de reputación dudosa que bailaban con mucha silicona en un bar en la calle mas japonesa de Osaka de propietario brasileño, y eso que cuando pusieron a Juanes ellas aun no habían llegado... De montar en bicicleta, de conocer a un Sports Psyquiatrist surfero de mi edad y profesor de prestigio en una de las Universidades de Tokio... Bailar hasta caerme de los zapatos, reirme hasta tener agujetas, pasear por el aeropuerto alucinante de Singapur, tratando de desmembrar lo indesmembrable (donde empieza y donde termina cada uno de los países asiáticos.... mismos idiogramas, mismos símbolos, leyendas similares....) de comer chocolate en Zurich, de cruzarme Madrid, de llegar a casa pensando en poner lavadoras y en preparar la mochila que el viernes me acompañará en mi próxima aventura.... en poner algo de color a mi nevera, en leer un periódico español.... ... pero aun así...
... Echo de menos comer con mas personas de las que asisten a un bodorrio... en identificar banderas nuevas, en viajar en el ascensor con uno de sri lanka, otro nepalí, el egipcio guapo y un jamaicano que es el más rápido del planet, mirar desde abajo a la croata que salta dos cinco,... ... Echo de menos al guarda del pasillo que no tenía dientes pero que cada día me regalaba una tontería, y que en su inglés inexistente me dijo "no me olvides"... en enseñar a pronunciar la rr a las japonesas que se acercaban y buscaban conocer cosas de nuestro país... a los rascacielos, a la ciudad Blade Runner, al hotel... a los pastelitos de postre... a las visitas, por trabajo, pero visitas siempre interesantes...


Y por primera vez en mucho tiempo esta tarde/noche me incomoda estar sola en casa...
Eso me da vértigo... Quizás sea el efecto del jet lag...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Impresionante...