Hoy he tenido la mañana "libre", y como me estoy pillando un resfrío, un enfriamiento, un catarro o como se diga a lo largo y ancho de la geografía española, he decidido irme a dar un paseo.. Aquí cada uno piensa en su ombligo, y como no hay nada peor que sentirse solo rodeado de individuos, he buscado el estar acompañada paseando sola por Osaka.
A mi me enseñaron que cuando uno se acatarra, lo que tiene que haces es sudar. Pero sudar a lo bestia. De ahí que haya decidido irme a pasear. Con la humedad de hoy (rondaba el 80%) he sudado de lo lindo...
Desde el autobús he pillado uno de los buses que te llevan a una estación de trenes relativamente cerca (diez minutos...) que casualmente era la que tenía que pillar para ir al destino elegido, un museo al aire libre de casas tradicionales japonesas... MEnos mal que los metros son por colores, y aquí, algunas paradas tienen un código numérico... mas que nada porque no hay quien se entienda. He llegado a la primera. La via trancurre paralela a la calzada... en uno de los pisos.. porque aquí todo es por pisos... pisos de autovias, pisos de calzadas, pisos de vías de tren, aparcamientos inteligentes que son pisos.. (tu aparcas el coche sobre una plataforma... apretas unos números y te lo sube, como un ascensor y te lo ubica encima de otros cuatro coches con cuatro plataformas...)... He paseado por un parque que tenía una energía muy extraña. De hecho, me ha dado un poco de mal rollo. Estaba absoluta, rotundamente sola, y yo sentía como miles de ojos observando... como miles de personas ahí... El paisaje era extraño ahí en medio de la ciudad de los rascacielos que es Osaka.. Lo mas surrealista ha sido un trayecto guiado... para ciegos... en un parque había mirados para ciegos... con las instrucciones en braille... y es que aquí todo está o en japonés... o en braille... He subido a uno de esos miradores para ciegos... he cerrado los ojos, he acariciado las instrucciones... sin enterarme de nada, pero invadiéndome de los sonidos... de los crics crics, del riachuelo fluyendo... de la temperatura (imposible, por otro lado, no pensar en ella..) y me he preguntado si no describirían, acaso, los sonidos mas que el paisaje. Pero no lo se. No lo sé. En un banco me he encontrado a las dos únicas personas con las que me he cruzado en la visita... una pareja que no se miraba a la cara. Los dos miraban enfrente suyo, uno al lado de otro. He mirado de reojo, a ver si estaba Murakami por ahí, tomando notas... pero no le he visto.
Después he comido en la estación de metro, en un lugar donde no hablaban nada de inglés, y he podido elegir el menú ya que aquí tienen la costumbre de poner en una vitrina "representaciones", a veces de verdad... otras veces de plastilina... los platos que preparan. ME voy defendiendo con los palillos (que remedio, sino en Vietnam me moriré de hambre...) y sin perderme he vuelto al metro que me devolvería a mi realidad... Tenía curiosidad por esos vagones de metro para mujeres, y mira por donde, sin darme cuenta, me he metido en uno... Aquí el acoso sexual y los tocamientos deben ser tema tan exagerado (no he querido comprobarlo) que han creado unos vagones solo para mujeres... ¿Que como me he dado cuenta que iba en uno de ellos? Si, claro, porque había muchas mas mujeres (había dos hombres, que solo pueden ir si van sentados... y hay espacio, si no, son expulsados del vagón...) pero sobretodo por el rosa... Todos los tiradores eran rosas.. las anillas para agarrarse, todo rosa...
He visto cosas extrañas, objetos que no sé muy bien para que sirven... eso me ha hecho perder mucho tiempo, que en realidad, he invertido, puesto que era fascinante quedarme allí hasta averiguar, yo sola, para que servían...
Ahí van algunas fotos...
pd. lo de la limpieza es brutal... es exagerado... podrías ir andando descalzo por el suelo y no ensuciarte los pies...
A mi me enseñaron que cuando uno se acatarra, lo que tiene que haces es sudar. Pero sudar a lo bestia. De ahí que haya decidido irme a pasear. Con la humedad de hoy (rondaba el 80%) he sudado de lo lindo...
Desde el autobús he pillado uno de los buses que te llevan a una estación de trenes relativamente cerca (diez minutos...) que casualmente era la que tenía que pillar para ir al destino elegido, un museo al aire libre de casas tradicionales japonesas... MEnos mal que los metros son por colores, y aquí, algunas paradas tienen un código numérico... mas que nada porque no hay quien se entienda. He llegado a la primera. La via trancurre paralela a la calzada... en uno de los pisos.. porque aquí todo es por pisos... pisos de autovias, pisos de calzadas, pisos de vías de tren, aparcamientos inteligentes que son pisos.. (tu aparcas el coche sobre una plataforma... apretas unos números y te lo sube, como un ascensor y te lo ubica encima de otros cuatro coches con cuatro plataformas...)... He paseado por un parque que tenía una energía muy extraña. De hecho, me ha dado un poco de mal rollo. Estaba absoluta, rotundamente sola, y yo sentía como miles de ojos observando... como miles de personas ahí... El paisaje era extraño ahí en medio de la ciudad de los rascacielos que es Osaka.. Lo mas surrealista ha sido un trayecto guiado... para ciegos... en un parque había mirados para ciegos... con las instrucciones en braille... y es que aquí todo está o en japonés... o en braille... He subido a uno de esos miradores para ciegos... he cerrado los ojos, he acariciado las instrucciones... sin enterarme de nada, pero invadiéndome de los sonidos... de los crics crics, del riachuelo fluyendo... de la temperatura (imposible, por otro lado, no pensar en ella..) y me he preguntado si no describirían, acaso, los sonidos mas que el paisaje. Pero no lo se. No lo sé. En un banco me he encontrado a las dos únicas personas con las que me he cruzado en la visita... una pareja que no se miraba a la cara. Los dos miraban enfrente suyo, uno al lado de otro. He mirado de reojo, a ver si estaba Murakami por ahí, tomando notas... pero no le he visto.
Después he comido en la estación de metro, en un lugar donde no hablaban nada de inglés, y he podido elegir el menú ya que aquí tienen la costumbre de poner en una vitrina "representaciones", a veces de verdad... otras veces de plastilina... los platos que preparan. ME voy defendiendo con los palillos (que remedio, sino en Vietnam me moriré de hambre...) y sin perderme he vuelto al metro que me devolvería a mi realidad... Tenía curiosidad por esos vagones de metro para mujeres, y mira por donde, sin darme cuenta, me he metido en uno... Aquí el acoso sexual y los tocamientos deben ser tema tan exagerado (no he querido comprobarlo) que han creado unos vagones solo para mujeres... ¿Que como me he dado cuenta que iba en uno de ellos? Si, claro, porque había muchas mas mujeres (había dos hombres, que solo pueden ir si van sentados... y hay espacio, si no, son expulsados del vagón...) pero sobretodo por el rosa... Todos los tiradores eran rosas.. las anillas para agarrarse, todo rosa...
He visto cosas extrañas, objetos que no sé muy bien para que sirven... eso me ha hecho perder mucho tiempo, que en realidad, he invertido, puesto que era fascinante quedarme allí hasta averiguar, yo sola, para que servían...
Ahí van algunas fotos...
pd. lo de la limpieza es brutal... es exagerado... podrías ir andando descalzo por el suelo y no ensuciarte los pies...
4 comentarios:
Entonces si una mujer entra en un vagón que no sea "sólo para mujeres" es porque se sobreentiende que quieres ser toqueteada o que al menos se la puede toquetear??
Estos japos son la mar de curiosos y de graciosos.
¡Fantástica crónica! Es como estar allí, me ha gustado que colgases fotos, lo acerca todavía más...
Ánimo con ese resfriado, que no se diga, que eres maña, y en Osaka sólo se está una vez en la vida...o no ¡Quién sabe!
Un abrazo
Qué fantásticos los miradores para ciegos,imprescindibles,diría yo.
Todos mirándote,tú a oscuras,la pareja como dos luces en las tinieblas que acabarán encontrándose en algún punto del horizonte tarde o temprano y murakami invisible iluminador.
Me gusta verte en Japón.
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