domingo, agosto 31, 2008

VOLAR...




Mientras unos apuran sus vacaciones, otras aun no las hemos empezado... y pensar en los que vuelven, inspira mis palabras...

Inocentes. Mira que a veces somos inocentes.

Vuelas...
Vuelas. Y aunque sepas la ciudad en la que aterrizas, por mucho que la conozcas, incluso aunque hayas nacido allí, no te atreves a reconocer que no sabes donde vas...

Crees que volando vuelves cuando volando te vas...

Crees que llegas a casa, a la rutina, al orden.. cuando en realidad donde aterrizas es en el resto de tu vida, que de rutinario no tiene nada.

Además de un color mas tostado en la piel y de algún souvenir en la maleta traes, inocente de ti, proyectos para la nueva temporada.. esa que comienza ya, o que las agendas escolares comienzan, ya, dentro de unos minutos...

Te digo inocente por tus buenos propósitos, esos que solo saldrán adelante si al universo le apetece... ¿no te has dado cuenta, todavía, que entre lo que queremos que sea y lo que es hay mas distancia que de aquí a la luna?

Traes ropa sucia que mañana estará limpia... solo necesitas suavizante y detergente. Inocente.. ¿no te das cuenta que para limpiar conciencias uno necesita algo que no venden en el super? No, no digo que hayas hecho algo que manche tu conciencia, pero probablemente te sentirás así cuando dentro de unas semanas te des cuenta de que "aquellos propósitos" que ideaste bajo palmeras o entre frías cervezas a la orilla de un mar se quedaron, como las propinas, allí, en la mesa... o que los lavaste con la ropa sucia...

Traes teléfonos nuevos de gente a la que quizás no llames nunca; anécdotas. Buenos momentos. Otros que quizás hubieras preferido no tener, pero que precisamente por eso, por lo inoportuno, serán los que mas respuestas te den...

Inocente...
Es por todo lo anterior que te llamo Inocente.
Por que crees firmemente que llegas a un aeropuerto. A tu ciudad. Que llegas a tu casa. Tu nombre es el alimento preferido de tu buzón. Subes en el ascensor, quizás las escaleras... y abres, por fin, la puerta de tu casa... tu baño, ese que tanto echaste de menos. Tu nevera, pelada, pero tu nevera... Y tu cama. Esa cama que tantos secretos guarda... Te esperaban.

Inocente...
Piensas que todo está igual... que todo está en su sitio... sin darte cuenta que efectivamente todo está igual que cuando lo dejaste: menos tu..

Bienvenido. Bienvenida.
Bienvenido al resto de tu vida...

miércoles, agosto 27, 2008

KOJI



Hoy es el último día que no trabajo. Mis vacaciones siguen haciéndose esperar... y hoy es el último día que me he dado para aterrizar... para asimilar, para terminar de planchar todas esas lavadoras que son el epílogo de un viaje...

Hoy ha empezado siendo un día normal, como casi todos a priori, pero como viene siendo habitual, ha pasado algo que ha cambiado su rumbo.

Hoy me ha mordido un gato.

Si, es verdad. Hablo literalmente. Y aunque todo lo que ha rodeado a este breve (y fatal) instante del mordisco si está plagado de símbolos y metáforas, lo del mordisco es real.

Si, hoy me ha mordido un gato.


Inocente de mi tenía muy interiorizada la cosa esa de que los perros son los que muerden y los gatos los que arañan... Y en las piernas tengo los arañazos inocentes de mi perrica al agarrarme y en la muñeca tengo el mordisco de un gato inocente que se agarraba a la vida..

No me alegra decir que es lo último que ha hecho ese gato antes de morir.

No sé, supongo que son cosas que pasan... Que tu tienes tus planes y que mientras tanto hay un montón de estímulos, de sucesos, de acontecimientos a tu alrededor que te alejan de tus planes...

Yo en realidad iba a tomar un café a las doce del mediodía. Mientras esperaba que una puerta se abriera he visto, desde el coche, un gato arrastrarse y caer. Sus ojos estaban muy abiertos. Su boca también. Y la herida de su pierna también. A partir de ese instante todo ha adquirido un rumbo y un color, también un olor, y un dolor, diferente...

A partir de ese instante el reloj ha dejado de funcionar. Éramos él y yo en una carrera contrarreloj hacía no se donde. Dos desconocidos el uno para el otro... dos desconocidos que hasta hacía unos instantes nunca nos hubiéramos cruzado... Él, al verme, como gato callejero (los gatos son callejeros, no abandonados, los perros al revés....) hubiera salido corriendo. Y para mi, él, gato callejero, hubiera sido uno más. Dos desconocidos que de repente van en la misma dirección.
Y aunque el tiempo se había parado los semáforos también. Y entre semáforo y semáforo le pensaba un nombre... "No podemos vivir esto juntos sin que tu tengas un nombre", pensaba... Evidentemente el nombre debía ser japonés. No me preguntes por qué, pero es evidente... Al final, y en un homenaje a un japonés vecino mío de las últimas semanas ha elegido Koji. Entre Haruki, Hiroaki, incluso Kafka (en un homenaje a Murakami) ha elegido Koji.

Su pata no paraba de sangrar. Pero en él había algo más que fallaba. Soy psicóloga, no veterinaria... pero veía que ese cuerpecito se apagaba. Como el fuego del que hablaba ayer... se apagaba. He aparcado donde he podido y he llegado corriendo al veterinario... la mano derecha llena de su sangre. La izquierda, llena de la mía. Y es que Koji ha debido de pensar que corriendo tan deprisa se caía de la vida... así que se ha agarrado lo más fuerte que ha podido con lo único que ha podido... en un último lapsus de fuerza. Y en no se que irónica broma del destino me ha dejado bien dolorida la muñeca izquierda, justo la del lado de los sentimientos, de las emociones... Y me ha dejado también dos pequeños cráteres. Y muchísima inflamación. Y otro tanto de infección.

Koji se ha ido. Lo único que he podido hacer por él es, paradojas de la vida, nosotros que corríamos hacia la vida, pagar una inyección que le durmiera. Su patica, destrozada, pero su interior todavía más. Y en una mesa de acero Koji se ha domido. Sin dolor.

El dolor me lo he quedado yo, me parece. Yo soy la que se queda ahora con el tratamiento médico, con los antinflamatorios, con los antibióticos y con un analisis de sangre dentro de dos días. Yo soy la que se queda con la soledad de los brazos vacíos. Con la lentitud hacia la vida. Con la manta del coche. Con la cara de inocente, preguntándome, "¿pero que broma es esta?"... "¿Como puede ser que me cruce en la vida de "alguien" solo para llevarle, corriendo, a un sueño infinito, como el del ocho que duerme?".... ¿Como puede ser que mi brazo esté, cada vez, mas inflamado y más dolorido?"...

Y resulta que al café de las doce he llegado a las doce y cuarto. Quince minutos más tarde y con veinticinco euros menos.

Eso es lo que cuesta la broma que esta mañana el universo, tenía para mi.


Y yo, sigo sin entender nada...

martes, agosto 26, 2008

TERMINÓ...



Una vez hablé de la extraña sensación del recién llegar...
De la locura, de la magia, de lo inverosimil (todo al mismo tiempo...) del saber que ayer estabas allí... y que ahora estás aquí... con tantos kilómetros, tantas emociones, tantas vivencias entre ambos puntos...


Y así, anoche veía desde mi sofá las noticias y veía las imágenes de una ceremonia de clausura en la que tanto me estremecí la noche anterior... O veía salir por la puerta rodeados de flashes a mis compañeros de avión, de viaje... y de experiencia...


Me traigo varios Beijing. Muchos. Uno por cada sentido y alguno más. Y dentro de Beijing me traigo ese lugar dentro de un lugar tan diferente a todo, tan real como irreal como surreal como hiperreal (todo al mismo tiempo), que es una villa olímpica.

Me queda (entre otras muchas cosas...) la cerveza de arroz.. las terrazas de las casas que son bares y los cuartos de los bares que parecen el salón de la casa de un amigo. Los Hutongs en bicicleta. Los templos milenarios y la arquitectura más hipermoderna. Me quedo con esas extrañas costumbres de andar de espaldas y de abrazarse a los árboles. Me quedo con la amabilidad infinita de los que adoran el número ocho, que cuando duerme, se parece al infinito.. Me quedo con el verde del jade, ese color del que tiño mi esperanza, y me quedo con los niños que duermen en el regazo de sus padres, y con el cielo que a veces, solo a veces, se descubre azul en una ciudad en la qué, a mi parecer, predomina el gris. Me quedo con Rafa, ese amigo que desaparecido hace añares apareció vestido de rojo, del color del farolillo, en un estadio gigante. (la historia merece un post a parte...) Me quedo con el conocer a gente nueva. Con el descubrir nuevos pasados, nuevos presentes y futuros que se hacen al caminar. Gente que habita en el aquí y ahora...

No me quedo con el miedo latente. Con la poca espontaneidad y la inflexibilidad. No me quedo con las normas al cuadrado. Ni con los "pinchos" de alacranes o escorpiones. No me quedo con los escupitajos ni con el olor de las letrinas "públicas".

Me quedo con lo que no sale en la tele. Y con algunas cosas de las que salen en la tele pues también: me quedo con unos cuantos records del mundo en la retina. Con el partido de basket de la final olímpica. Me quedo con el Cubo de Agua por la noche cambiando de color. Me quedo con el comedor de la Villa... Una gran plaza donde comer al lado de quien menos te imaginas y con quien, meses antes, ni te hubieras podido imaginar. Me quedo con la llama olímpica y su pebetero lleno de espirales. Me quedo con el volver a "casa" después de un día de competiciones y hablar un rato todos en el cesped de entrada. Me quedo celebrando medallas con vecinos de edificio y con las palabras de aquellos que no consiguieron sus objetivos... Con la zona wifi tan acogedora que tan poco utilicé.

Me quedo con las llamadas de un amigo que a la vuelta de sus vacaciones tanto me aportó. Gracias Shidermo. Me quedo con las flores del día de mi cumpleaños y ese reloj lleno de espirales y flores que una atleta me regaló. Me quedo con el ir y con el volver.
Me quedo con ganas de vivir más Beijing, o el Beijing de Rafa. Me quedo con ganas de tomarme mas cervezas por las noches aprendiendo cosas escuchando a otros. Me quedo con ganas de que algunas de las cosas hubieran sido diferentes. Deportivamente y Personalmente.

Beijing 2008 (asumo que el Beijing que he vivido estas últimas tres semanas no se parece demasiado al Beijing de cada día....) me ha dado muchísimo mas de lo que haya podido quitarme. Y es que creo que solo me ha quitado horas de sueño.

Me fui extraña.
Me fui emocionalmente muy extraña, quizás muy cargada de "quiero y no puedo", (míos y ajenos...), de horas de trabajo, de golpecillos y pensando mucho...
Vuelvo extraña, como anestesiada. Quizás pasota. Un poco incrédula... mas en el aquí y ahora que en el allí o allá.
Espero que me dure.

Me quedo también con la ceremonia de Clausura... con lo que se termina, con lo que se cierra, con lo que se acaba y con lo que se apaga.
Precisamente como el Fuego Olímpico.

Se acabó.

Se apagó.

El fuego se apagó.

domingo, agosto 10, 2008

KILOMETROS


Un precioso poema de Machado se titula "yo voy soñando caminos"...y otro "He andado muchos caminos" y eso mismo ando haciendo yo.. soñando y en cada sueño construyo y construir es crear y de repente uno crea aquello en lo que creía...

Y así lo primero que hago al llegar a China es irme a la Gran Muralla... símbolo de muchas cosas; algunas buenas otras no tanto... y de repente me encuentro en esa foto tal y como me siento en este momento de mi vida: al principio de un camino, y ante una gran cuesta... ya que aunque caminamos más de diez kilómetros por pindias cuestas y saltando torres, ¿qué son diez kilómetros en seis mil setecientos? ¿Qué es acaso, lo vivido hasta ahora con lo que me queda por vivir?


Y aunque no hable de lo que me trae aquí (que hay censura), si puedo hablar (sin censura) de como me siento aquí: Afortunada. Recompensada. Sorteando obstáculos y a prueba.

Pero ante todo, consciente de que aunque el camino hasta aquí ha estado lleno de casualidades, nada es casualidad...


Me siento también mal del estómago, y es que ya me he intoxicado con algo (estoy fatal del estómago....) , pero estoy ilusionada con próximos encuentros con amigos a los que perdí el rastro y que (de casualidad) me han encontrado y que viven en Beijing... Con los sueños ajenos en los que hay una semilla de proyección. Con el encuentro afortunado con personajes hasta hace una semana de papel...

.... Pero ante todo, con la fuerza suficiente para continuar adelante quiera quien quiera acompañarme.
Y aunque atrás hay un buen tramo.... delante quedan miles de kilómetros.... El que quiera acompañarme, adelante... y quien no, ahí tiene una fotografía...

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Antonio Machado, Cantares.

martes, agosto 05, 2008

ESTÁ EMPEZANDO...

Pues ya está...

Y de repente te encuentras ya con la maleta hecha. Con el sueño embalado, con las ganas en el neceser, y con la ilusión en el bolso de mano. Un año más, una maleta más. El pasaporte listo, y esa acreditación olímpica que tanto significa para ti (uff si os contara la historia, esa si es de terror y suspense.. además a dos niveles, uno real y otro simbólico... esa otro día, a la vuelta....) en el bolsillo de honor de la riñonera.

Un viaje más y te parece increíble que con los viajes tan geniales que has hecho en tu vida (y no exagero) cada viaje sea todavía más emocionante que el anterior.... Empezaste descubriendo sola el Macchu Picchu (además tal día como hoy, que cosas...) y desde ahí todo el altiplano boliviano... tanto te gustó que familiarizada con las aventuras del Ché (aunque te faltó la moto...) recorriste toda la zona durante viajes sucesivos tres años sucesivos... Cuando te cansaste de mapuches, de aymaras y en definitiva de incas varios.... diste un saltito y buscaste la guerra de la mano de los aztecas y los mayas, violentos donde los haya... Cuando parecía dificil de superar te largaste al fin del mundo, buscando Rapa Nuis y eslabones maoríes perdidos que no encontraste... pero te dió igual, que te lo pasaste muy bien... Por si era poco te marchaste un mes a Japón, mezclando cultura freak con un gran evento deportivo tan emocionante para ti como el país... y como era insuficiente recorriste Bangkok en tuk tuk arrastrada por otro tuk tuk... te perdiste en el surrealismo vietnamita con futbolistas de primera división o indígenas en la frontera con China... te fuiste huyendo (literalmente) del país, superando la huida con chantajes varios. Llegaste a Camboya y a recorrer el norte en bicicleta. Y como no tienes suficiente vas este año y te plantas en la capital del mundo por tres semanas. Una ciudad llena de brumas, algunas reales, como las nubes... otras metafóricas, como la censura, y te vas al corazón-corazón de unos Juegos Olímpicos. Vistes con uniforme. Vivirás con ellos. Comerás con ellos. Y sin ser una de ellos serás una de ellos. Sin haber hecho carrera militar de repente eres Oficial. De equipo pero oficial. Tu que eres independiente, individual y pacifista de repente eres Oficial de Equipo.

Empiezas a intuir lo que significa, pero no tienes ni idea.

Os lo contaré desde allí, pero por mail.

El blog se queda, como diría yo... de vacaciones. No sé si podré escribir. Los que vamos tenemos una sutil orden (que podéis leer en prensa....) . En principio de lo que no se puede hablar (escribir) ni en blogs, ni en páginas webs, ni colaborar con prensa, es de política y de palabras como plazas inmensas, paises sometidos, secretos de estado, cosas de esas.... pero los ordenadores tienen una especie de "niñera" que rastrea palabras y páginas sospechosas. Blogger es una de ellas. Así que espero poder escribir mails. Y si no, pues nada... a ver la tele. Yo no saldré, pero si no se dice nada de mi es que me estoy portando bien.

Me voy extraña.

Creo que tiene que ver con acontecimientos recientemente vividos... Pero en realidad nada ni nadie, ni desde su valentía ni desde su cobardía puede empañarme este gran regalo del universo. Una experiencia única. Profesionalmente tremenda. Personalmente espectacular.

Empieza la aventura... A ver que os cuento a la vuelta...

Muchos Besos...

domingo, agosto 03, 2008

UPANISHAD


El problema viene cuando olvidamos lo esencial:

Esta viene en las Upanishad

Tu eres lo que tu deseo profundo es.
Como es tu deseo, es tu intención; es tu voluntad.
Como es tu voluntad, son tus actos.
Como son tus actos, es tu destino.

Y así, pasico a pasico... uno llega a cumplir los sueños en realidad.

Aupa la Intención... 
(aunque no olvidéis que la intención inconsciente supera siempre a la consciente!) 

DÍAS...


Son días extraños...
Días peculiares que tienen de sociales lo mismo que de solitarios. Mas llamadas que nunca, algunas importantes con cierta proyección social... Interés (y lo más apasionante: verdadero...) por lo que haces, por cómo lo haces... Mas ofertas de trabajo (y lo más verdadero: apasionante....) propuestas para colaborar... 

Días peculiares como solo son las antesalas de grandes viajes... de esos grandes viajes en todas sus vertientes... son lejos, duran tiempo, son importantes y atractivos, irrepetibles, son "aquís y ahoras" gigantes que brillan con luces de neón en nuestros caminos... son ilusionantes y se hacen ilusionados. 

Días vacíos que se llenan terminando cosas empezadas hace tiempo... Días vacíos que se llenan preparándote, preparándose... y llevas un cuaderno, y una cámara de fotos, y una guía de una ciudad inmensa llena de bicicletas y contaminación... Días vacíos que se llenan despidiéndote de gente que te quiere y que quiere celebrar lo que has conseguido... de gente que nunca se acordaba de tu cumpleaños ahora se acuerdan y te llenan de deseos, que, abrumada, intentas colocar en la parte que corresponde, ya que hay deseos que se ubican en el corazón... otros en las tripas, y otros en el cerebro.... Días vacíos que se llenan acudiendo a compromisos de gente que no te quiere tanto... pero a los que tienes que acudir... 

Y aunque todo es tremendamente ideal. Absolutamente genial. Increiblemente maravilloso... aunque te emociona descubrirte cogiendo a un bebé en brazos y darle la bienvenida... diciéndole, "ponte el cinturón, chaval... esta vida es apasionante"... ya que así lo piensas... te descubres también tremendamente humana. Fatalmente mortal... y es que, teniéndolo todo a favor sientes que te falta algo. O que te sobra soledad. 

No te falta compartirlo con quien te quiere. 
Lo que te falta es compartirlo con quien tu amas...