miércoles, mayo 31, 2006

RECONCILIACIONES


Dice Nemo, certeramente, que las personas que se van nos hacen un último regalo: una bofetada en el alma, la consciencia de un recuerdo, la evidencia convertida en un ejemplo de ida, que no de ida y vuelta.

Esto me hace pensar en las reconciliaciones... En la fabulosa Mi Vida Sin Mí Ann tiene la posibilidad de realizar una Lista de las Cosas que hacer antes de morir . Pueden ser cosas por hacer, o cosas por decir... unas más sencillas, y otras, sin duda, mucho más difíciles.

Para mi, una de las cosas más díficiles serían las Reconciliaciones. En una época en la que lo que "parece" que vende es el orgullo, y hasta la venganza, el rencor y los reproches, a todos nos cuesta mucho hacer algo así como dar la mano (que no es lo mismo que poner la otra mejilla...), lo que es sin duda algo tan díficil como necesario.

Yo de vez en cuando tengo ramalazos. Unos de despedidas y otros de reconciliaciones.
Si me quiero despedir (simbólicamente hablando...) escribo cartas. Cartas que por supuesto no envío.
Si me quiero reconciliar, (realmente hablando...) hago una llamada. No lo pienso demasiado, y al cabo del tiempo, a veces incluso de años, llamo. No puedo estar como si nada, evidentemente, así que empiezo diciendo... "¿No crees que ha pasado mucho tiempo?.....". Con el tiempo he aprendido que si la persona que está al otro lado del teléfono se sorprende y alegra, la reconciliación está resuelta. En cambio, si te trata con rencor, con furia... no hay nada que hacer. Una vez, hace muy poco, alguien me trató tan mal, que aun me duele. Fue una llamada muy dura. Dolorosa. No sé donde está el error... aunque lo sospecho. A lo mejor alguien sabía todo esto y creyó que llamaba para reconociliarme... cuando en realidad llamaba para felicitarle.
Dicen que el pasado es un país donde las cosas se hacen de manera diferente , y como el ser humano es un animal de rutinas, pasa lo que pasa... A lo mejor a partir de ahora utilizo las cartas para reconciliarme, y las llamadas para despedirme, y así me ahorro el mal trago de que las personas importantes te rechacen... ¿o no?

No obstante, si nunca hemos tenido una llamada de estas, si nunca has recibido una carta con un lacre de color violeta, dejemos las cosas como están. Porque tu a mí me haces mucha falta, muchísima. Más de la que crees.

Quédate, entonces.. por aquí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo Dicho Diego... entonces, quédate por aquí..

Gracias por tus comentarios, el de "Los Padres de Mis Amigos" me ha emocionado mucho...

Anónimo dijo...

y a partir de ahora tienes que añadir que, ademas de cartas y telefono, utilizas tu blog (aunque no sepa muy bien para que)

Anónimo dijo...

.. yo tampoco se para qué.. pero me sirve! y reúne a mis amigos...
Un beso a todos...

Anónimo dijo...

Es la primera vez que entro en un blog.He caído aquí por el nombre,me resulta familiar.Bonitas pinturas.Interesante.