.. Y la verdad es que no se de que escribir... Por no decir que ni siquiera sé para quien escribo...
Es evidente que han pasado muchas cosas... Que recorrer Mongolia con una mochila, con una tienda de campaña, furgoneta arriba furgoneta abajo ha sido una gran idea... Que a veces todo parece que forma parte de un plan y que las cosas que pasan, dentro de su normalidad, parecen inevitables... irremediables... Que ver ciertas cosas te cambian la mirada, como si te la graduaran... Quizás ha sido por beber leche de reno, por vivir un rito chamánico, por las estrellas de un cielo que parecía de otro planeta... Quizás... o por bañarme en un lago de agua helada, allá en a frontera con Siberia mientras un Yak me miraba más sorprendido que yo...
Quizás sean las hogueras y los cantos de Chuka, música desde el alma para el alma... o Quizás sean los 33 que celebré allí en la intimidad de un grupo de gente que hasta una semana antes eran desconocidos...
Quizás no sea nada de eso, y sea que un ciclo se acaba... y que el registro emocional con el que empecé este blog poco o nada tiene que ver con el que vivo ahora, con lo que vivo ahora... Un ahora feliz, tranquilo, acompañado, compartido en terrazas delante de un mojito, o desde el sofá por teléfono... lleno de ilusiones, de cosas que ya son... y sobretodo sobretodo, lejos de lo que fue..
A lo mejor es que ya no tiene sentido una Recuerdoteca y no cabe ya vivir de los recuerdos. Quizás deba dejar esto, darme un tiempo... y más adelante empezar con otro... esta vez, "fututeca", o mejor todavía.. "La Ilusioteca"...
Y es que es ley de vida... El agua ya no es la misma....
(foto: Tipi del Chamán a orillas del Lago Khovsgol, Mongolia)